Manuel Vizcaíno se encuentra inmerso en el caso de corrupción por el que ha sido acusado desde hace algunos años. Se trata del Caso Invercaria, por el que su séptimo juicio ha entrado en la recta final con los mismos protagonistas y atenuantes. El actual presidente del Cádiz CF ha sido acusado por la Fiscalía Anticorrupción por un delito de prevaricación y malversación de caudales públicos.
Este delito de prevaricación y malversación tiene que ver con la concesión de 150.000 euros por parte de la sociedad pública Invercaria hacia su empresa, Own&Spa, de la que Vizcaíno era dueño en el año 2008.
También ha sido acusada de los mismos delitos la hermana del presidente del Cádiz, María Ángeles Vizcaíno, ya que ostentaba el cargo de consejera delegada de la misma empresa. Por su parte, también se encuentra en el caso el expresidente de la sociedad pública de capital de riesgo, Tomás Pérez-Sauquillo.
Los hermanos Vizcaíno se enfrentarán a una condena menor de dos años y medio de cárcel debido a la circunstancia atenuante de su conducta. Esto se debe a que “cuando en el inductor o en el cooperador necesario no concurran las condiciones, cualidades o relaciones personales que fundamentan la culpabilidad del autor, los jueces o tribunales podrán imponer la pena inferior en grado a la señalada por la ley para la infracción de que se trate”.
El Partido Popular ha levantado su particular acusación contra los tres ya que asegura que “no se dan elementos del tipo delictivo”. Anteriormente el PP habría pedido mayores castigos de todas las partes. Las defensas de las acusados solicitación la absolución de todos, debido que los peritos del caso han establecido que “no se dispone de suficiente información como para arrojar cierta acusación y que en el año 2008 la sociedad presentaba unas cuentas que presumían que iba a ser de manera favorable”.
¿Qué pretendía hacer Vizcaíno con ese dinero? Destinarlo a la creación de instalaciones de ocio relacionadas con el agua, destinadas al cuidado físico o de relajación. Algo que, finalmente no llegaron a producirse.
Manuel Vizcaíno ha protagonizado un caso más de corrupción y ya se sitúa como uno de los presidentes más carismáticos que se presentan en el panorama de la Primera división española. Siempre se ha mostrado claro a la hora de decir lo que piensa y nunca ha temido del qué dirán.