El partido de la temporada pasada acabó con mucha polémica y con un Cádiz que volvió a salir perjudicado de decisiones arbitrales controvertidas y que pudieron costarle el descenso a segunda con dos discutidos penaltis, uno de Alejo sobre el ex cadista Brian Oliván y otro de Ledesma sobre el delantero Ángel, que terminaron por darle la vuelta al gol inicial de Rubén Alcaraz.
En aquella época, Sergio González acababa de llegar al equipo amarillo y el resultado, lejos de ser beneficioso, permitió distanciarse a un rival directo como el Mallorca y obligó al Cádiz a jugarse todo en el tramo final de Liga con el episodio final del penalti fallado por el Granada y el gol de Choco Lozano en Vitoria ante el Alavés. La historia es la que es y el Cádiz regresa a un escenario que podría ser propicio para hacer olvidar la pésima imagen dada ante el Atlético de Madrid hace unos días pero en el que se va a encontrar un gran ambiente de una afición que querrá cerrar la salvación con una victoria (si es que no la tiene ya con 41 puntos el equipo de Aguirre).
Porque la misión del equipo de Sergio González no es otra que la de sumar, al menos, seis de los quince puntos que quedan en disputa y el equipo bermellón y su clasificación invitan a ser optimistas, pese a que no será un escenario sencillo, ni mucho menos.
En el recuerdo, sin embargo, quedan "dos penaltis de risa", palabras del entrenador cadista tras las decisiones en su día de Del Cerro Grande en el mencionado encuentro. Ledesma salió al borde del área y tocó a Ángel. El colegiado indicó al guardameta argentino algo así como "la solución para no pitar penalti es que no salgas". Una repercusión enorme la que tuvo aquella decisión y que volvió a obligar al Cádiz a escribir otra carta reclamando al presidente de la RFEF Luis Rubiales que arreglara el VAR.
Del Cerro Grande fue triste protagonista en un penalti en el que una falta frontal colgada al área hizo que Ledesma, saliendo de puños, se llevara por delante a Ángel; la revisión en el VAR dictó sentencia y el Cádiz volvió a salir perjudicado, algo que espera no vuelva a suceder este próximo viernes donde puede dar un paso casi decisivo hacia la permanencia o complicarse la existencia tanto o más que aquel 5 de febrero.