El Cádiz Club de Fútbol sumó un punto ante el RCD Espanyol el pasado fin de semana en el estadio Nuevo Mirandilla. Un encuentro con dos mitades bien diferenciadas, en el primer acto el cuadro de Sergio González fue bastante superior a su rival, fue capaz de tener un dominio casi aplastante de la posesión del balón, pero solo fue capaz de adelantarse en el marcador en una acción de saque de banda en la que Lecomte no estaba acertado en el despeje y Chust aprovechaba para adelantar a su equipo en el marcador. En el segundo acto, un doblete de Joselu le daba la vuelta al luminoso y Lucas Pérez en el tramo final hacia el empate a dos definitivo.
Sin embargo, el encuentro estuvo marcado por una acción en el minuto 85 de partido. Con empate a dos y con el Cádiz CF volcado en ataque buscando el tanto del triunfo, la que habría sido la primera victoria en casa, Brian Olivan agarraba de manera clara a Rubén Sobrino en el instante en el que el atacante de Daimiel se disponía a rematar de cabeza.
Rápidamente, todo el público del estadio Nuevo Mirandilla, los jugadores del conjunto andaluz y hasta el cuerpo técnico protestaron la acción pidiendo que se señalaran los once metros, pero Alejandro Hernández Hernández no vio nada punible en directo, al igual que desde el VAR, ya que para el colegiado murciano Sánchez Martínez, la acción no se trataba de un error claro y manifiesto por parte de su compañero canario y por lo tanto no llamó a Alejandro Hernández Hernández para que fuera a revisar la acción al monitor del VAR.
El enfado del cadismo en redes sociales fue manifiesto y muchos en redes sociales llegaron a hablar incluso de “robo”.
No es la primera vez que Alejandro Hernández Hernández toma una decisión crucial que perjudica a los intereses del submarino amarillo. La pasada campaña, en un trascendental partido ante el RCD Mallorca en tierras baleares, el colegiado canario señaló dos penaltis muy rigurosos en contra de los gaditanos. Por un lado, señaló la pena máxima en una jugada en la que Iván Alejo agarraba ligeramente a Brian Oliván, y en la segunda parte, y la jugada que más molestó en el seno del club y de la afición fue la que tuvo como protagonistas a Conan Ledesma y Ángel y que también acabó en penalti y en gol para el Mallorca.