El Real Betis no pudo pasar del empate en su visita de este domingo al Villarreal CF, rival directo en la lucha por los puestos europeos, un resultado que, con todo, permite a los de Manuel Pellegrini mantener un colchón de cuatro puntos sobre los amarillos, cinco a efectos prácticos por llevarse el duelo directo, y seguir a tres de la cuarta plaza, pues la Real Sociedad calcó su marcador en Palma de Mallorca. La lectura, por tanto, debe ser positiva, teniendo en cuenta que la jornada pintaba favorable por las derrotas de Osasuna, Athletic y Rayo Vallecano, que pierden fuerza debajo de los castellonenses. Sin embargo, el sabor en Heliópolis es agridulce por culpa del VAR, que debió dejar en inferioridad al conjunto de Quique Setién al filo del descanso y que, como ocurrió en las postrimerías con el tanto de Morales en claro fuera de juego, quizás no tuvo que validar el 1-1.
Recapitulando, el Betis ya ganaba por 0-1 gracias a la picardía de Borja Iglesias, listo para colarse entre Juan Foyth y Pepe Reina para aprovechar el fallo del portero a tiro de Rodri Sánchez. Un marcador que pudo aumentar sobre la bocina Aitor Ruibal en una acción personal, pero salvaría bajo palos Ramón Terrats. Entre ambas acciones, recién cumplido el minuto 40, Gerard Moreno era amonestado al pisar el pie de Juan Miranda. Ortiz Arias estuvo unos segundos más pendiente de su pinganillo, pero Jaime Latre le dijo que su decisión había sido acertada, pese a lo cual la consulta de las imágenes ya permitía enarbolar aquello de 'excusatio non petita, acusatio manifesta'. Las repeticiones de televisión permiten comprobar cómo, por mucho que sea involuntario y esté mirando para otro lado, el delantero local eleva en demasía su bota izquierda, que resbala por la tibia y el tobillo de la también zurda del olivarense, una fea entrada que, por ejemplo, le costó la roja al 'Panda' en el último derbi.
No contentos con esta interpretación parcial del reglamento, en un claro agravio comparativo, los colegiados volvieron a liarla en el tanto del empate, inicialmente anulado por el asistente del madrileño pero concedido vía VAR después de varios minutos de exhaustivo análisis que no se corresponde con la norma, que dice que sólo se desvirtuará el criterio del árbitro principal en caso de error flagrante. La captura que en teoría sirve para justificar la determinación del responsable del videoarbitraje no aclara absolutamente nada. Antes al contrario, entre la primera toma congelada y la que lleva la rúbrica de la sala VOR se puede apreciar cómo la bota izquierda de Aitor Ruibal, la que en teoría habilita a un Yeremy Pino que tiene medio cuerpo más adelantado, crece considerablemente hasta conformar una mancha blanca más que cuestionable, como puede verse en las imágenes adjuntas. La segunda, por cierto, apareció más de diez minutos después del 1-1.