Betis
At. Madrid
Real Betis y Atlético de Madrid empataron a cero en la segunda jornada de LaLiga EA Sports y siguen invictos esta temporada tras un partido en el que el conjunto andaluz mandó en el juego, sobre todo en el primer tiempo, ante un cuadro rojiblanco espeso en ataque y poco contundente. Tras una primera mitad muy floja de los de Diego Simeone, desaparecidos en ataque, y con un mayor empuje por parte del equipo local, que pudo marcar en ocasiones del brasileño Abner, Isco y sobre todo Ayoze Pérez, el cuadro colchonero mejoró con los cambios tras la reanudación, pero fue incapaz de generar opciones claras ante la meta de el cuadro local, que dejó muy buena imagen y al que sólo le faltó el premio del gol.
Así jugaron, uno a uno, los futbolistas alineados por Manuel Pellegrini en el choque entre el Real Betis y el Atlético de Madrid:
En una hora de juego, lo único que tocaron sus guantes fueron sendos envíos al área del Atlético, uno en cada parte, que salieron largos y no fueron alcanzados por su destinatario. Sus torres se encargaron de repeler y despejarlo todo.
Muy serio en defensa, con su habitual carácter espartano llegando muchas veces a la ayuda de los centrales cerrando por dentro y formando un gran tándem de ida y vuelta en la derecha con Ruibal. Toda una garantía de solvencia si está en plenitud física.
Un muro que lo repelía todo. Valiente para meter la pierna en el área ante Griezmann en la primera parte, expeditivo para despejar peligro llovido y muy díficil de sortear en el uno contra uno. Un seguro de vida en todo lo que hacía y en gran sintonía con su compañero en el eje de la retaguardia.
Pezzella es mejor al lado de Luiz Felipe y al revés, igual o incluso más. Se ponen de acuerdo con sólo mirarse, tienen grabada a fuego la máxima de no complicarse con la pelota y, cuando el rival aprieta, se juntan y sacan su lado de 'Bad Boys'. Muy atento para encimar, anticipar, saltar y lanzarse a ras de suelo para alejar cualquier conato de ocasión.
De más a menos, aunque en una versión mucho mejor de la del pasado curso, cuando no le dio tiempo a adaptarse. Tuvo la primera ocasión del partido con un disparo cruzado en el 2' que se fue fuera por poco. Comenzó profundo, llegando con asiduidad y colgando buenos centros que no encontraban rematador; aunque con el paso de los minutos le fue costando más. Lo peor es que se lesionó en el alargue y, aunque pudo seguir, se marchó cojeando. Que no sea nada.
El Benito Villamarín le volvió a cantar el "Guido, quedáte" y hay poco más que decir. Con Marc Roca ha encontrado a su media naranja. Parecen siameses. Entre los dos abarcan terreno como para abonar tres campos de fútbol y tiene ese punto de experiencia que le hace saber qué hacer en cada momento. Omnipresente, con el imán de siempre en la recuperación y muy seguro cuando le toca incrustarse entre los centrales, la presencia del catalán le permite retirar el ancla y asomarse en zona de disparo.
El futbolista pesado que todo el mundo quiere tener en su equipo. Cansino y seguío, que se dice en el sur. Está en todas. Nunca pierde la concentración, siempre salta medio segundo antes de que el balón pase por su radio de acción, se siente cómodo con el balón y se entiendo con Guido como si llevasen juntos desde el vientre materno.
Su entrada como extremo derecho, en lugar de Luiz Henrique, era el único cambio de Pellegrini con respecto al once en Villarreal. Hiperactivo, como siempre, y muy solidario a la hora de perseguir a Carrasco para ayudar a Sabaly. Demostró verticalidad, usando su velocidad para intentar aprovechar espacios y profundizar. Así, tuvo varias ocasiones; especialmente, un cabezazo al filo del descanso que le pilló muy cerca de la portería y no pudo picar bien.
Aplaudido desde el primer minuto en su debut con el Betis en el Benito Villamarín. Con una pared mágica, toques de calidad y constantes asociaciones por todo el campo dijo 'Aquí estoy yo'. Buscó la escuadra con un derechazo desde la frontal y lo intentó hasta de chilena. Puso varios caramelos a sus compañeros y se mostró espectacularmente preciso: pleno de aciertos en sus 50 primeros pases. Se fue fundido en el 73' y no es casualidad que coincidiese con el tramo que menos balón tuvo el Betis. Necesita la pelota.
Siempre transmite peligro, aunque a veces cae en fases de desconexión. Savic se tiró a los pies y poco después, una perfecta rosca desde la frontal llegó a tocar la red de la escuadra izquierda de Oblak, pero lo hizo por fuera de la portería. El efecto óptico hizo celebrar a algunos el 1-0. Volvió a acariciar el gol nada más arrancar la segunda mitad con otro misil desde el balcón del área. Arma la pierna muy rápido.
Muy trabajador en la presión y en los desmarques por fuera, muy batallador con las torres atléticas y entregado para armar disparo a la más mínima oportunidad. Sin embargo, sin mucho acierto ni suerte. Todos sus disparos pegaron en los cuerpos de los defensas rivales y le faltó algo de precisión en algunas entregas.
El chileno le dio continuidad al equipo que ganó en Villarreal y su equipo le devolvió la confianza con momentos de juego muy preciosista. Líneas juntas que se mueven acompasadas para recuperar pronto el balón y, a partir de ahí, tocarlo con paciencia pero con fluidez y en pocos toques. Mereció mucho más los primeros 70'. A partir de ahí su equipo empezó a perder la pelota y apareció cierto cansancio que el chileno palió con cambios para intentar recuperar el protagonismo y, luego con Guardado, para que Simeone no le volviese a hacer la misma de siempre del gol sobre la bocina. Muy buena imagen de su equipo.
Volvió a tener su oportunidad tras marcar el gol del triunfo en Villarreal. Siempre aporta por su habilidad para proteger el balón de espaldas y oxigenar, pero salió en el tramo más feo del partido y apenas pudo asociarse en los últimos metros ni mucho menos disparar.
Levantó una ovación con una gran acción de talento pegado a la banda y dejó detallitos de ese futbolista fresco, eléctrico y desbordante que mostró antes de su inoportuna lesión.
Salió para intentar hacer lo mismo que Isco, pero el Betis ya no tenía el balón y, si el malagueño ya no era capaz, el extremeño tampoco pudo. Intentó un disparo desde la frontal pero Savic volvió a lanzarse para taponar por enésima vez un disparo del Betis.
Suplió a Ayoze para ayudar a blindar el centro del campo con su experiencia, pero acabó de lateral izquierdo en el alargue tras la lesión de Abner Vinícius.