"Que me quede no depende (sólo) de mí, del club o de mis agentes; no es tan fácil. Estamos hablando, pero las cosas no son fáciles. No puedo asegurar nada, ni yo ni el club. No quiere decir que vaya a haber un sí o no. No quiero decir cosas de más. Mi compromiso, como demostré en mi recuperación, va a ser siempre el mismo. Entiendo que la gente y la prensa lo quieran saber, pero obviamente hay días en que pasa una cosa u otra, y quiero estar lo más tranquilo posible. Sé que van a ser meses muy movidos, porque hay conversaciones y se habla mucho", explicaba tras el Betis-Villarreal el fichaje más deseado por la afición verdiblanca si pudiera elegir. Ni siquiera tendría sentido ofrecer opciones distintas a Guido Rodríguez, que volvió al Benito Villamarín y a la titularidad con gol incluido, aunque no sirvió para que los verdiblancos sumaran algún punto.
Quizás sea una pequeña victoria que su renovación siga debatiéndose, cuando hasta en el propio club la daban por finiquitada... para mal. La ausencia de respuesta por parte de sus agentes a la última propuesta desde la planta noble, que le situaba en el segundo escalón salarial del plantel (2,5 millones de euros netos), se interpretó como una negativa, aunque, a partir del nacimiento de su hija Renata, algo parece haber cambiado. Comenzaron los guiños por parte del italo-argentino, al que ya le cuesta menos referirse en público al espinoso asunto de su permanencia en La Palmera. El nuevo director deportivo, Manu Fajardo, ha reabierto el diálogo y, aunque no se han producido nuevas reuniones con la familia Sabbag, sí se respira más optimismo. Más por indicios que por realidades. Porque, según ha podido confirmar ESTADIO Deportivo, no existe un acuerdo a 14 de marzo, pero tampoco un descarte definitivo.
Lo cierto es que el 'culebrón' ha tenido más capítulos de los consabidos, pues carecía de sentido que Ángel Haro, presidente del Real Betis, hablase con esa vehemencia de una propuesta caducada. A esa conclusión llegó el villaverdero por una comunicación inequívoca, dicen las malas lenguas que en forma de contraoferta inasumible, pero lo cierto es que Guido tendió puentes que el club ha vuelto a transitar gustoso, reactivando las notables condiciones en lo monetario y, según algunas fuentes, incluyendo una vía intermedia de solución que podría contentar a todos a corto plazo: la renovación hasta 2025, sólo por un año. Una patada hacia adelante para ganar tiempo. En parte porque las principales opciones que manejaba el de Sáenz Peña (Atlético de Madrid y FC Barcelona) habrían perdido fuerza, por lo que, aunque sigue vivo el interés desde la Premier League y la Serie A, querría guardarse la bala de ser agente libre el año siguiente, sobre todo para LaLiga.
Este periódico, con todo, puede avanzar que el broche es inminente. Así lo creen los dirigentes béticos, que filtran que sabrán algo concreto, tanto para bien como para mal, antes de que finalice el mes de marzo. No queda claro si ha sido un ultimátum para dirigir la planificación por otros cauces (se trabaja, como escenario ideal, con juntar en el doble pivote a Guido, Johnny, Altimira y Marc Roca, en este último caso renegociando los diez millones de la opción de compra con el Leeds, preferentemente con un préstamo remunerado por segundo año) o un pacto con los agentes del italo-argentino o el propio canterano de River Plate. Por tanto, en contra de lo especulado, no está esperando a saber si los verdiblancos van a jugar el año que viene competiciones europeas o no. Seguro que, de tenerlo atado, eso empujaría más hacia el 'sí' y ayudaría a la entidad a pagar su aumento de sueldo, pero el compromiso del mediocampista con el escudo de las trece barras va mucho más allá.