Con más de 25.000 aficionados, de los 31.000 que cabían, el Estadio del Ejército Polaco lució sus mejores galas para el primer partido de la liguilla de la Conference League entre el Legia de Varsovia y el Real Betis, duelo que terminaron llevándose los locales por la mínima (1-0). La inmensa mayoría en las gradas era partidaria de los 'militares' de la capital polaca, aunque unos 450 hinchas verdiblancos se hicieron notar en los vomitorios. Y eso que alguno tuvo que lidiar con las malas artes de las fuerzas de seguridad locales, que escoltaron sin mayores problemas a los autobuses fletados para trasladar a los béticos desde lo que podría considerarse una 'fanzone' hasta el escenario del encuentro. Pero uno de esos vehículos terminó retenido por razones que no trascendieron, ya que no albergaba ultras, produciéndose algún intercambio de pareceres que la policía polaca solventó esparciendo gas pimienta en su interior.
Ya en el campo, la laxitud en el país centroeuropeo con el encendido de bengalas provocó que en el anfiteatro que ocupaba la afición visitante se vieran algunas de color verde, que rivalizaban con las rojas del anfitrión, que sí superó ampliamente con su creatividad a su oponente a la hora de elaborar un enorme tifo por partes, la principal con un toro, símbolo de la parte más radical que respalda al club fundado durante la Primera Guerra Mundial. Por fortuna, no se registraron incidentes entre las hinchadas, que convivieron con cierta normalidad. La única molestia fue, como ya se ha referido, el inicio del choque unos cinco minutos después de la hora fijada, las 18:45, pues el humo que provocaron los artefactos pirotécnicos impedía la visibilidad. El Legia, que ya tenía una tribuna vacía por motivos de seguridad y una sanción de la UEFA, se enfrenta a otra multa por esta cuestión.
Ya a la finalización, el CM de la entidad local estaba eufórico, en su salsa. Por un lado, dio al Real Betis "la bienvenida al club" de los históricos derrotados en el Estadio Municipal Mariscal Józef Piłsudski, compartiendo honores ese marcador cenital con el del 3-2 al Aston Villa o el 1-0 al Leicester. Además, la broma continuó con una imagen en la que Romain Perraud agarra ostensiblemente de la camiseta al polaco (en realidad español) Marc Gual, estirándola de forma notoria sin romperla, lo que han aprovechado los albinegros para promocionar con un link la tienda oficial donde hacerse con una de esas elásticas (nunca mejor dicho) que no te abandona tan pronto.