Cientos de aficionados marroquíes residentes en Barcelona o desplazados para la ocasión hasta Cornellà-El Prat desde distintos puntos de Cataluña protagonizaron incidentes graves de orden de público el pasado viernes durante el Marruecos-Chile, primero de los dos amistosos programados en España para que el combinado norteafricano se foguee en este parón de septiembre contra rivales suramericanos antes de acudir a final de año al Mundial de Qatar. Así, muchos de ellos se saltaron los controles de acceso y produjeron daños en las instalaciones del RCDE Stadium para presenciar gratis el triunfo de los rojiverdes (2-0) ante 10.000 espectadores de pago, invadiendo a la finalización el terreno de juego ante el desconcierto general.
Vídeos del asalto a los tornos y del acoso a los futbolistas sobre el mismo césped han circulado masivamente por las redes sociales en los últimos días, convirtiéndose en virales y protagonizando trifulcas políticas, especialmente desde que el diputado en el Parlament y líder de Vox en la región, Ignacio Garriga, se hiciera eco en su cuenta oficial. Con acusaciones de racismo por parte de algunos, la denuncia sobre el vandalismo de los energúmenos es mayoría, incluso por parte de aficionados con los que comparten origen magrebí, asqueados por el comportamiento de algunos, que recordó al de hinchas parisinos de ascendencia similar y de ultras ingleses en la final de la pasada edición de la Champions League entre Real Madrid y Liverpool, que obligó al aplazamiento del choque un buen rato hasta que las fuerzas de seguridad y la UEFA pudieron controlar la situación.
El Espanyol, que ha denunciado los hechos, y los Mossos d'Esquadra eran los encargados de velar por la integridad de los asistentes, aunque quedaron desbordados y con una treintena de agentes heridos, pero ninguna detención. Un serio aviso para la subdelegación del Gobierno en Andalucía y el Real Betis, que han tomado nota con preocupación de los graves altercados en Barcelona, ya que la siguiente cita de Marruecos será este martes, a las 21:00 horas, en el Benito Villamarín contra Paraguay. Aunque hay diferencias demográficas importantes entre la capital catalana y la hispalense, se espera una amplia presencia de aficionados marroquíes en Heliópolis, por lo que habrá que redoblar esfuerzos y cruzar los dedos para que no vuelva a pasar lo mismo que en Cornellà, donde los daños siguen siendo evaluados.
El Betis no tendrá que volver a La Palmera hasta el próximo 13 de octubre, cuando está fijado el segundo de los dos encuentros consecutivos de la Fase de Grupos de la Europa League ante la Roma a las 18:45 de ese jueves. Antes, tras el parón, tocará visitar Vigo y Valladolid en LaLiga, más la ciudad italiana en la UEL, por lo que los hipotéticos daños podrían ser reparados a tiempo. Es de esperar que no los haya, claro, y que el civismo sea la nota común ante un espectáculo poco común que, aparte del público autóctono, podrán disfrutar los muchos habitantes en la provincia sevillana de las comunidades marroquí y paraguaya.