El Real Betis casi descarta de puertas para adentro cualquier movimiento en el mercado invernal, aunque públicamente, como es lógico, se manifieste preparado por si algún club se acercara con mucho dinero a preguntar por alguno de sus 'pesos pesados', lo cual sería una de las fórmulas posibles para disminuir su deuda, aunque el consenso entre directivos y técnicos radica en la continuidad en una temporada tan abierta en la lucha por la Champions League. Acaso alguno de los descartes de Manuel Pellegrini, casos de Montoya y Loren, podrían encontrar minutos lejos de Heliópolis, aunque el entorno del marbellí ya descartó en ESTADIO que esté pensando en cambiar de aires. Con todos estos ingredientes, lo normal es que a partir de febrero estén los mismos que ahora en la nómina verdiblanca.
Se piensa más en verano, claro, aunque se adelanten gestiones para persuadir a los que quedarán libres entonces, esquivando a la competencia. Y un escenario casi seguro será el de los movimientos (varios y en ambos sentidos) en el centro del campo. De un lado, Guardado y Camarasa terminan contrato y, en principio, abandonarán la disciplina bética, mientras se sigue negociando con Paul una ampliación de contrato que, de no llegar a buen término, podría propiciar igualmente su adiós. Se cuenta con William Carvalho, recién renovado hasta 2026, y Guido Rodríguez, en negociaciones para prolongar su vínculo más allá de 2024, pero en la planta noble del Benito Villamarín son conscientes de que ambos son activos importantes en el mercado.
La hoja de ruta marcada pasa por las contrataciones de Dani Ceballos y Houssem Aouar, que llegarían dentro de siete meses a coste cero, aunque no es la única vía que está explorando Antonio Cordón, consciente de que la Roma y otros clubes de postín presionan al franco-argelino para que abandone en enero su ostracismo en el Lyon a cambio de una compensación menor de lo pretendido por Aulas, incumpliendo el precontrato suscrito con el Betis. Como las combinaciones son muchas, incluso aunque pudiesen venir el utrerano y el galo, en la dirección deportiva heliopolitana se cubren las espaldas y no abandonan el seguimiento de otros centrocampistas interesantes que pudiesen venir a bajo coste y que estén en un buen momento.
Es el caso de Aleix García (25), pivote y mediocentro defensivo del Girona que está completando un magnífico arranque de curso. El tarraconense (del pequeño municipio de Ulldecona, curiosamente, como su compañero de equipo y demarcación Oriol Romeu) acumula tres asistencias en 15 partidos con los rojiblancos, siendo indiscutible para su entrenador, Míchel, al tratarse del 'play maker' de uno de los equipos que conforma el City Group. De grandes prestaciones físicas, abarca mucho campo y realiza buenas coberturas a sus compañeros, destacando igualmente por su capacidad en la generación de la estrategia a balón parado y en su capacidad de asociación, con mucho criterio y clarividencia en el pase.
Atlético de Madrid, Valencia y hasta Barcelona han sonado en las últimas semanas como posibles pretendientes de este joven trotamundos, que pasó por la cantera del Villarreal antes de enrolarse en Manchester City, Mouscron, Dinamo de Bucarest, Eibar y el Girona, en dos etapas diferentes. El problema radica en que su contrato no expira realmente en 2023, cuando quedaría libre, sino que los catalanes se guardaron un tercer año opcional, que se ejecutará en caso de permanencia de los catalanes en Primera división, por lo que, lógicamente, para que Aleix García pudiera llegar a coste cero (ya está tasado por 'Transfermarkt' en siete kilos) debería haber descenso a la División de Plata, aunque ya le han ofrecido la renovación.