Sokratis Papastathopoulos llegó al Real Betis en octubre como agente libre para paliar los problemas defensivos. Con Marc Bartra lesionado de larga duración (y aún continúa) y la venta de Luiz Felipe a Al-Ittihad, Manuel Pellegrini se quedó corto de efectivos en el eje de la zaga. Con Pezzella y Chadi Riad como únicos referentes en la demarcación. Ahora, el central heleno habla largo y tendido de su carrera deportiva, su presente en Sevilla y el futuro con una retirada en el horizonte.
Ha jugado hasta el momento 11 encuentros en lo que va de curso (diez de Liga y uno de Copa) pero su futuro está lejos del Benito Villamarín. A primeros de junio cumplirá 36 años y la dirección deportiva verdiblanca no está por la labor de ampliar su contrato. Pese a todo, Sokratis se siente bien: "Estoy feliz porque sobre todo me demuestro a mí mismo que con más de 35 años estoy a un muy buen nivel", desvela en Sport24.
El ex del Arsenal está encantado en Sevilla aunque la ausencia de su familia es lo que peor lleva: "La ciudad es muy bonita y las condiciones son ideales, el equipo me acogió incluso mejor de lo que esperaba. Me siento bien. Pero extraño Grecia porque mi familia está allí. Mis hijos son mayores y ya van al colegio, la distancia es difícil y me cansa en lo mental y lo emocional. No tener a tus hijos contigo es muy difícil", reconoce.
El griego ha jugado en ciudades como Londres, Dortmund, Bremen, Milan... y tiene claro que Sevilla es la más idónea para él: "De todas las ciudades que he visitado como futbolista en el extranjero, puedo decir que Sevilla es la que mejor se ajusta a mis criterios".
Y explicó los motivos que le llevaron a aceptar la oferta del Betis: "Cuando regresé a Grecia dije que jugaría otros tres años. Me sentía bien en el campo. Cuando llegó la oferta del Betis me vi obligado a pensarlo. Era una Liga en la que no había competido y cerraría el círculo. Es muy difícil ir a cuatro ligas extranjeras y jugar contra muy buenos equipos. No es algo que se vea todos los días. Dije que sí, luego me conquistó que me quieran mucho y me respeten. Hay muy buen equipo. Tengo un entrenador que es buena persona y su trayectoria lo dice todo. Al venir aquí me demuestro a mí mismo, porque no tengo nada que demostrarle al mundo, que con 35 o 36 puedo jugar al máximo nivel. Es una recompensa puramente individual", apunta.
Llegando a la recta final de su carrera, Sokratis agradece todo lo que el fútbol le ha dado: "Puedo decir que a través del fútbol, el niño que dejó su país lo consiguió todo. Conocí mundo, hablo cuatro idiomas y sin el fútbol sólo sabría uno. Conseguí mucho, también amistades con personas importantes que nunca imaginé que podría conocer. Es lo que me mantiene lleno, aparte de lo futbolístico".
Y por último, su retirada es algo que afronta con naturalidad: "No es algo que me dé miedo. Aunque deje el fútbol, no se detendrá mi vida diaria en el deporte. Es difícil romper con algo que has estado haciendo durante 20 o 25 años", finaliza.