La singular historia de Paco Rodríguez: prisionero de su salud y del Real Betis

El socio 103 del conjunto bético acudió en camilla al Estadio Benito Villamarín para presenciar la victoria de su equipo. En ESTADIO Deportivo conocimos de primera mano esta iniciativa de la Ambulancia del Deseo

Iván DíazIván Díaz 5 min lectura

El Betis es el verso primero de Francisco José Rodríguez, uno de los 53.065 asistentes al Benito Villamarín este domingo. La singularidad de su voluntad resaltó en la retransmisión del choque, al aparecer sobre una camilla tras uno de los córners del estadio, desde donde presenció el encuentro. En este sentido, ni la delicada situación de salud por la que atraviesa el Socio 103 del Real Betis impidió que acudiera a animar como uno más. Tras la victoria, ESTADIO Deportivo pudo conocer de primera mano la historia de alguien que “dedicó toda su vida al Betis”, al término del partido.

Tras varios ictus sufridos, Francisco vio reducida gran parte de la movilidad de su cuerpo. Abocado a reposar desde una cama, la maravillosa idea de su hija Valle, respaldada por su familia y la fascinante labor de la Fundación Ambulancia del Deseo, el veterano socio bético vio como el equipo de sus amores, el Real Betis Balompié, le tendió la mano y pudo ver cumplido su sueño de poder regresar al Benito Villamarín: “El partido fue emocionante. Estoy contento de venir a ver al Betis. Vine con la Ambulancia del Deseo. Mi hija llamó, mis hijos y mis nietos hicieron posible que viniera. Cumplo un deseo viniendo”, manifestó a este medio.

Uno de sus hijos, Fran, explicó detenidamente el origen de la idea: Ella lo empezó a mover todo y de pronto, un día, me dijo Fran que vamos a poder ir al campo del Betis con papá. Es gracias a la Ambulancia del Deseo. Yo estoy muy agradecido tanto a ellos, como al Real Betis. Después de un montón de años ha podido volver a su casa, disfrutar del ambiente y de una victoria”.

Por su parte uno de los ángeles de la guarda que hacen posible el funcionamiento de esta brillante iniciativa relataba la emoción vivida esta tarde, de la mano de la Ambulancia del Deseo: “El deterioro de su estado de salud le impide salir de casa, a menos que sea con un equipo sanitario. Es un anhelo que le parecía imposible. No imaginaba volver al campo. Es una sensación de que el estado emocional y físico de esa persona mejoran desde que se le concede el deseo. Normalmente tienen tanta energía que durante el tiempo en el que se les concede el deseo no necesitan nada. Después suele dejar una resaca emocional durante meses”.

Una tarde que pasará directamente al baúl de los recuerdos de Francisco, un socio que luce su beticismo por bandera: “Soy el socio 103. Para mí el Betis es casi todo, toda mi vida la dediqué al Betis, a mi familia y mi trabajo”. Lo corroboraba su hijo, que explicó cómo su madre le preguntó el día de antes a Paco por el lugar que eligiría para visitar si pudiera salir de casa y “lo primero que dijo fue al campo del Betis”.

El broche de oro a la experiencia lo pusieron Rafael Gordillo, Joaquín Sánchez, Giovani Lo Celso y Aitor Ruibal, quienes no dejaron pasar la oportunidad de mostrar su reconocimiento y admiración: “Rafael Gordillo y Joaquín le han regalado una camiseta con su nombre y luego ha venido Gio con su camiseta y Ruibal el brazalete del partido”, comentó el hijo.

Ubicada la familia y la Ambulancia del Deseo en los alrededores del Benito Villamarín, la afición bética quiso distinguir al longevo socio bético y pasaron a saludar a Francisco. Como captaron las cámaras de este medio, fueron numerosos los hinchas que pasaron a besar al protagonista, seguramente culpable de traer a la memoria de los allí presentes los recuerdos de una pasión ligada a un vínculo familiar, como así lo refleja el lema: “De padres a hijos, de abuelos a nietos”.

En definitiva, tal y como reza la lírica de Atila Landisky, “será que no nació el día, que agarrando tu bandera no encontraran la alegría”. Porque nuestro protagonista se irá esta noche a dormir con un recuerdo imborrable. Tras casi un siglo juntos, sigue encendida la llama que mantiene vivo el beticismo de Francisco, y así lo será hasta el fin de los días. Porque Francisco es uno de esos hombres que ‘camina’ con el miedo de no ver al Betis nunca más.