La imagen del Real Betis estaba en juego y, aunque no tenía ninguna obligación, su consejo de administración ha estado a la altura. Muchos aficionados verdiblancos desde la distancia afeaban que otros iguales sacaran pecho por el 'simpa' de seis mesas de clientes del Dutch Pub de Praga, que se marcharon en la víspera del partido sin pagar y dejaron una 'roncha' de 330 euros, según denunciaba en sus redes sociales el establecimiento. Para evitar problemas de similar calado, el bar prohibió la entrada a todo aquel que simpatizara con los heliopolitanos, especialmente este jueves, cuando emitieron en sus pantallas el encuentro correspondiente a la quinta jornada del Grupo C de la Europa League, en el que el Sparta acabó imponiéndose por 1-0. Además, en perfecto español, los dueños colgaron un cartel en la puerta del local explicando la fechoría y el porqué del veto.
"Los aficionados del Real Betis ya no pueden entrar a nuestro pub. Se escaparon seis mesas sin pagar; nos deben 330 euros. Lo siento: el 30-11-2023 está prohibido. Nadie te dejará entrar", rezaba el insultante documento. Sin embargo, los dirigentes de la entidad hispalense tuvieron un gesto que celebran en el Dutch Pub, ya que el vicepresidente y mano derecha de Ángel Haro, su socio en 'Ahora, Betis, Ahora' José Miguel López Catalán, tuvo el detalle de hacer una parada antes de volver a la capital hispalense para pedir disculpas en persona por las molestias ocasionadas y hacerse cargo de la cuenta, lo que agradecían los comerciantes, impresionados por el detalle. Seguramente, si algún desaprensivo vuelve a cometer esta falta, ya no será posible cubrirle, aunque, habida cuenta de que normalmente se deja una grata imagen de la 'marea verde', no han querido que haya ninguna mancha.
"Nos dejaste sin aliento con este gesto impresionante de amabilidad y simpatía", resaltan en una 'story' de Instagram los responsables del pub. Desde la entidad se aclara que el abono no fue a cargo de la tarjeta del club, sino que salió del propio bolsillo del otrora consejero delegado y segundo de a bordo del Real Betis, que no quiso que el 30 de noviembre terminara con este sabor de boca para unos empleados y comerciantes que simplemente hacían su trabajo y que en la víspera acogieron a los hinchas verdiblancos con cariño, cerrando más tarde de lo normal para respetar los tradicionales horarios de ocio en España, que suelen ahondar en la madrugada y que no están tan extendidos en el resto de Europa.