Hace casi dos décadas que dejó el Betis, con el que sólo jugó 35 partidos, pero muchos lo recuerdan como el primer referente bético tras el regreso a Primera división a comienzos de siglo. Joao Tomás llegó procedente del Benfica y estuvo un año como bético, dos más cedido en el Vitoria de Guimaraes y uno en el Braga. Las lesiones no le dejaron rendir como se esperaba de él y, luego, llegó Víctor Fernández, que no lo quería. Acabó regresando a su país, donde siguió marcando goles durante una década más en el Braga, Boavista o Río Ave antes de colgar las botas en Angola. Entre medias, fue de los primeros que probó la Liga saudí que tan de moda está ahora.
En su etapa en el Betis coincidió con la eclosión de Joaquín, con Denílson, con canteranos como Capi, Rivas, Varela, con la vuelta de Alfonso... El delantero de Oliveira do Bairro, en una entrevista con zerozero.pt, repasa toda su larga trayectoria, en la que coincidió con algunos de los que aún hoy son referentes del fútbol y recuerda, especialmente, algunas de las anécdotas que vivió con el Betis, que le marcó hasta el punto de que sigue siendo un aficionado más.
En este sentido, reconoce el crecimiento que el Betis ha experimentado en los últimos años y que queda patente con sólo ir al Benito Villamarín. "Ahora es más hermoso. El proyecto es muy bueno y ellos -los dirigentes- también tienen esa visión del espectáculo. El fútbol es un espectáculo, es una industria del entretenimiento. En América lo es. ¿Recuerdas la NBA? Michael Jordan, Larry Bird, Magic Johnson, Scottie Pippen. Estamos hablando de hace 35 años y eso ya era un espectáculo; la gente lo veía por televisión y se enganchaba. Ahora el fútbol está tomando este camino. El Betis, al menos, tiene esa visión. El estadio tiene ahora una grada más cerrada y está impecable. Fui allí a ver al Manchester United y ya había ido a ver a la Roma. Quiero ir a ver Cádiz el domingo de Pascua, a ver... Empieza a las 15:15, es el mejor momento para ver un partido", señala Joao Tomás.
El actual director deportivo del Torreense recuerda el salto que para él significó fichar por el Betis. "Llegué al final del mercado de verano de 2001 -costó 700 millones de pesetas para el Benfica-, con el tren en marcha, y ya había dos campos para entrenar al lado del estadio. Todavía está hoy ahí la ciudad deportiva. En 2001 ¿Quién tenía una academia en Portugal? Sólo Vitória, en Guimarães. El Benfica tenía el campo número 3, el FC Oporto tenía un campo donde yo jugaba con los juveniles...", indicaba en referencia a las instalaciones béticas.
Joao Tomás estaba encantado, pero no tuvo fortuna. "Marqué siete goles, unos cuatro garantizaron la victoria -sólo tres: Alavés (1-0), Mallorca (1-0) y doblete ante la Real Sociedad (2-1)-. A mitad de temporada me rompí el pie en un entrenamiento y pasé unos tres meses sin jugar. Fue mala suerte", admite el futbolista portugués, que recuerda la gran racha del equipo con Juande Ramos, que estuvo a un paso de llevarles a la Champions por primera vez. "La única razón por la que no fuimos a la Champions League fue porque la fiesta de clasificación tras lograr la Copa de la UEFA fue tal que los últimos partidos fueron más una fiesta", admitía.
Ése fue el año de la fiesta de Halloween, aunque él se acuerda más de anécdotas deportivas. Como una de ese año. "Con el Tenerife, en Sevilla, di tres disparos en el poste en 25 minutos y me sustituyó Juande Ramos en el 28", señala sobre el manchego, con el que mantuvo una relación cordial. "Tuvo sus días. Todos somos así ¿verdad? Ahora bien, hay quienes tienen más días buenos que malos. Y viceversa...", bromea.
También recuerda un partido de pretemporada al año siguiente, ya con Víctor Fernández, en el que se enfrentó al Real Madrid. "Estábamos haciendo la pretemporada en Jérez de la Frontera y nos fuimos a Alicante para un partido de entrenamiento con el Real Madrid. Allí, en un contexto más distendido de partido de entrenamiento, se veía lo que valían: Raúl, Guti, Figo, Beckham, Zidane, Roberto Carlos. Me gustaba más estar afuera para apreciar la calidad individual y colectiva del juego que estar adentro. Sobre todo porque por dentro solo pensaba: 'estos muchachos juegan mucho'. Cuando querías presionar, si no ibas en el momento adecuado, olvídalo. Cuando llegabas allí, la pelota ya estaba tres movimientos por delante. Tengo ese tipo de recuerdos", añade.
Pero sobre todo le marcaron los derbis y eso que sólo jugó uno, un empate a cero en el Sánchez-Pizjuán. "Qué locura", indica. "No había nada más de qué hablar un mes antes del partido. Imagínate cuando llegó la semana y, aún más, en el día mismo. Recuerdo perfectamente el momento en que salimos del hotel y llegamos al estadio. Helicópteros en el aire, escoltados por policías a caballo, las calles cerradas...", indica Joao Tomás