"Repito la respuesta de Ramón (Planes): es un jugador muy importante y ha habido un interés general. Estamos muy contentos con él y queremos que se recupere cuanto antes", explicaba este martes el presidente del Real Betis, Ángel Haro, sobre los rumores que sitúan a Nabil Fekir en Oriente Medio. Un movimiento impensable, ya que el franco-argelino se lesionó de gravedad en Elche el pasado 24 de febrero y el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda lo tendrá inactivo, aproximadamente, hasta el mes de noviembre, aunque el campeón del Mundo comenzó a ejercitarse en solitario y apoyando la pierna intervenida a principios de julio en la Ciudad Deportiva Luis del Sol con el fin de recortar un poco los plazos, aunque sin ponerse metas.
Los rumores acerca del futuro del mediapunta se intensificaron a lo largo de la 22/23, aunque en ESTADIO Deportivo ya se aclaró que lo de la presunta ofensiva del Newcastle, que data de 2020, era humo, no así el intento postrero de la última ventana invernal del Al-Sadd qatarí, que le doblaba el sueldo, aunque no superaba la veintena de millones de euros que el Betis necesitaba para que la operación, en su conjunto fuera rentable. O, como le gusta decir al directivo villaverdero, que no dejara un valor neto contable negativo. Desde luego, con 30 años recién cumplidos y una ficha de 3,5 millones de euros netos, será difícil obtener no ya una plusvalía, sino amortizar el gasto realizado en 2019, que ascendió a 19,75+10 millones de euros. Sólo el emergente fútbol saudí parece una vía viable, por supuesto en enero como muy pronto.
Las informaciones que apuntaban en los últimos días a una ofensiva del Al-Fateh por el mayor de la saga carecen de fundamento, como amablemente explicó a esta página web su nuevo director deportivo, Nicola Innocentin: "Es pura mentira, pura fantasía. Nadie en el mundo del fútbol ficharía a un jugador lesionado por una cantidad importante, posiblemente ni siquiera libre. Fekir es un grandísimo jugador, pero, si hubiera tenido interés en él, lo habría hablado directamente con Ramón Planes, con el que me une una gran amistad y que te podrá confirmar que nunca le pregunté". Asunto zanjado, por tanto, aunque tampoco es factible que el sexto clasificado de la última Saudí Pro League pueda pujar por Nabil en el futuro.
El funcionamiento de ese torneo es diferente para los cuatro clubes privatizados bajo el ala del PIF (Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí) y para los otros 14 de la elite del país. Así, Al-Nassr, Al-Hilal, Ittihad Club y el recién ascendido Al-Ahli tienen fondos casi infinitos para reforzarse, lo que explica que los tres primeros copen las plazas de arriba, lo que harán los de Jeddah, que cayeron a Segunda división de manera inesperada en la 21/22. Por el contrario, el resto de clubes dispone de solamente 20 millones de dólares para contratar a los ocho extranjeros permitidos. El Al-Fateh, incluso, tiene la nómina foránea a tope, a falta de los últimos movimientos: el sueco Rinne, el belga Denayer, los marroquíes Saadane y Batna, el brasileño y ex bético Petros, el argelino Bendebka, el franco-camerunés Dingomé, así como los españols Fran Vélez y Tello (también de pasado heliopolitano).