De la salida de Ayoze Pérez el pasado verano en dirección al Villarreal CF no se han contado todos los detalles. El atacante siempre ha defendido, cuando le preguntan por el tema, que su intención "siempre fue la de seguir" en el Real Betis, con el que tenía contrato hasta 2027, aunque los dirigentes heliopolitanos insisten en que llegaron "al máximo posible" en su oferta tanto a Guido Rodríguez como al tinerfeño, que pedía 2,5 millones de euros netos aunque los castellonenses llegaban a tres, lo que, sin Nabil Fekir en la ecuación, le habría convertido en el mejor pagado, en el mismo escalón de William Carvalho (con un contrato heredado de una fase anterior de bonanza) e Isco Alarcón. Los entornos, en estos casos, se han encargado de filtrar versiones que dejan peor a la otra parte, como la existencia o no de llamadas reales desde Ligas exóticas para presionar o el retraso en el abono de su última nómina.
El caso es que, razones aparte, al ahora '22' villarrealense le convino el cambio de aires, que dejó cuatro millones de euros de plusvalía en La Palmera, donde, primas de fichaje aparte, había llegado, primero, a préstamo del Leicester y, luego, como agente libre. El vigente campeón de Europa con la selección española, a la que volvió tras su fenomenal temporada 23/24 como bético, se está saliendo literalmente a las órdenes de Marcelino García Toral, hasta el punto de que, a falta de ocho partidos (las siete jornadas de LaLiga que restan y la aplazada con el RCD Espanyol que se recupera el próximo domingo 27 de abril a partir de las 16.15 horas en La Cerámica), ha igualado ya su mejor marca personal en los que goles se refiere, con 16, los mismos que anotó en la 13/14 con el CD Tenerife en Segunda división. No 'mojó' en su primer reencuentro con su ex, pero en su regreso al Benito Villamarín, con un ambiente muy hostil hacia él, anotó el 1-2 del triunfo.
Cuestionado tras el duelo por todo lo que había vivido, bueno en algunos aspectos (se le vio, por ejemplo, departiendo con una sonrisa con Aitor Ruibal) y malo en otros (silbado cada vez que tocaba el balón, Adrián San Miguel lo sacó del terreno de juego de malas maneras, pues había entrado para perder tiempo mientras esperaba su cambio por unas molestias), Ayoze Pérez espetó en Movistar Plus: "Era algo que esperaba, porque desde que me marché es lo que he recibido. Se contaron muchas mentiras tras mi marcha, así que imaginaba esta situación, pero, por encima de todo, están el escudo, el Real Betis y su afición. Guardo muy buenos recuerdos, fui feliz aquí y tuve una muy buena oportunidad. (...) Feliz de ver de nuevo al míster y a mis ex compañeros. Vamos por caminos separados, pero nos está yendo bastante bien, y eso es lo importante. Fui muy feliz aquí, insisto. Ha habido faltas de respeto que no habría que normalizar en el mundo del fútbol, pero me quedo con el cariño y los buenos recuerdos".
Curiosamente, y aquí todo está abierto a otras interpretaciones, el Real Betis publicaba este lunes por la noche un tuit en el que el propio Ruibal, autor del 1-0 ante los castellonenses, se besa el anagrama que representa a la entidad en el pecho de su camiseta en dirección al Gol Sur para celebrar el tanto, perseguido por unos exultantes Antony Matheus dos Santos, Juan Camilo 'Cucho' Hernández y Marc Bartra. Junto a la imagen, el siguiente mensaje: "Este escudo vale más que cualquiera". A buen entendedor...