Isco Alarcón está siendo el 'alma mater' del Real Betis en la 23/24. De momento, es el único componente de la plantilla de Manuel Pellegrini que ha sido titular en los once encuentros oficiales disputados (nueve de LaLiga y dos de la Europa League), habida cuenta de que el 'Ingeniero' considera que, sin Canales ni Joaquín, hasta que no vuelva de lesión Fekir no tiene a nadie que pueda desarrollar su función. Si acaso Rodri, pero el excelente momento de forma por el que atraviesa el costasoleño (dos goles y una asistencia en 800 minutos) le han convertido en indiscutible. Más o menos lo que esperaba el chileno, gran artífice de su cambio de barrio en la capital hispalense con la esperanza de poder recuperar al jugador que lanzó a la elite en el Málaga CF hace una década. Aparte, claro está, el paso al frente del '22' es claro, tanto en el plano físico como en el anímico.
Y esta progresión del mediapunta permite pronosticar que, si mantiene el actual ritmo, comenzará 2024 con un horizonte contractual distinto. Ahora mismo, Isco termina contrato el 30 de junio de 2024, ya que firmó únicamente un ejercicio como verdiblanco, aunque la apuesta conjunta era la siguiente: sueldo base bajo (ligeramente superior al millón de euros netos) para encajar en el tope salarial del club, con bonus por rendimiento que lo eleva, y renovación automática si disputa 25 partidos, siempre y cuando juegue al menos una mitad completa de los mismos, avanzan los compañeros de 'Relevo'. Con once de once, el de Arroyo de la Miel ha completado ya prácticamente la mitad del camino y, si participara en todas las citas de aquí a Año Nuevo (LaLiga, la Copa del Rey y la UEL), alcanzaría el reto con toda la segunda vuelta por delante. Un resultado muy meritorio del que, lógicamente, también se beneficiaría el equipo.
Con esta prolongación, además, el Betis se protege de posibles tentaciones para su ahora mismo jugador-franquicia. Bien es cierto que, tras una amplia trayectoria con altibajos finales, Isco tiene bastante claro lo que desea y lo que no, por lo que, pese a que pusieran sobre la mesa una millonada, seguramente se pensaría lo de cambiar de aires. Con una cláusula de rescisión estándar lo suficientemente alta como para estar tranquilos, el Inter de Milán y otros pudientes de Europa siguen muy de cerca las evoluciones del malagueño, con el que no se descartan negociaciones próximamente para mejorar su salario y proponerle un par de años más de contrato en los que amortizar la inversión realizada desde La Palmera, donde han comprobado ya el compromiso del futbolista y su respuesta positiva al desafío planteado: reverdecer sus laureles y liderar un equipo al alza.