Manuel Pellegrini siempre se ha caracterizado por marcar los tiempos con todos los efectivos del plantel y extrañamente sume completamente en el ostracismo a un jugador más allá de que le haya puesto la etiqueta de recurso con tal de maximizar sus mimbres y de mantener en armonía el vestuario. Puede ocurrir que tarde más en tirar de ellos, pero habitualmente les llega la oportunidad y ya depende de si la aprovecha o no.
Es lo que ha ocurrido, por ejemplo, con uno de los fichajes que más expectativas despertó en verano por su magnífico rendmiento en Ssegunda la campaña pasada, un Iker Losada que ha sabido esperar su momento con paciencia y que últimamente ha logrado abrirse la puerta del once. Curiosamente se ha producido cuando menos se esperaba, pues la lesión de Lo Celso se presentaba como una ventana para gozar de los minutos que hasta el momento se le habían negado, pero, lejos de considerarlo una solución, apostó por un cambio de sistema y lo dejó fuera de la ecuación, como demuestra que ante Osasuna y Atlético solo sumó 23 minutos.
Sin embargo, la situación, con su titularidad en Copa de por medio, empezó a cambiar en San Mamés, cuando el de Catoira se erigió en uno de los tres cambios introducidos por Pellegrini tras el descanso para modificar el sino de un partido dominado por completo por los bilbaínos. Debió gustarle su puesta en escena, pues el técnico prolongó esta oportunidad ayer con su segunda titularidad en LaLiga y la primera en su posición natural, como mediapunta, pues ante el Espanyol ejerció de extremo derecho.
El regreso al 4-2-3-1 benefició al gallego, que se mostró muy participativo, puso ganas, erró poco y rondó el tanto. Pellegrini lo mantuvo en el terreno de juego casi todo el choque, hasta el 86', y firmó estadísticas interesantes, pues probó con dos disparos, copó un 3,2% posesión, tuvo un acierto en el pase del 88% en 32 intentos y cedió dos pases clave.
Además, resultó significativo, también marcado por las circunstancias del choque, que la entrada de Lo Celso no supuso su adiós al partido y que los dos coincidieron sobre el terreno de juego, por lo que la vuelta del rosarino no tiene por qué condenarle de nuevo a un marcado segundo plano.
Lo cierto es que este repunte en presencia apaga los rumores sobre su posible salida en enero con el Celta interesado si no conseguía entrar en los planes del chileno, que antes del partido se refirió a la titularidad del de Catoira: "El nos puede dar más control de balón y ojalá haga un buen partido".
Al final del choque, el propio Losada habló de su situación: "La competencia siempre es buena, sé que tengo que seguir trabajando duro para conseguir los minutos que tanto deseo. Hoy me he visto muy bien y estoy con ganas de más".