Muchos abonados del Real Betis están denunciando en redes sociales haber recibido en los últimos llamadas sospechosas desde Italia (en su mayoría) y Reino Unido, clasificadas por algunos de sus teléfonos inteligentes como 'spam'. La publicación por parte de los primeros afectados, que mencionan al propio perfil oficial del club, a la Oficina de Atención al Bético y a la misma Policía Nacional, ha desatado una verdadera riada de nuevas víctimas de lo que parece un intento de estafa y que afecta, curiosamente, a socios presentes y pasados de la entidad verdiblanca, tanto del equipo principal de fútbol como de los de sus secciones: el Coosur Betis, el Betis Futsal y el Betis Féminas. No parece, dado el alto número de receptores de esos contactos, una mera coincidencia. Incluso, un afiliado en cuestión desvelaba que se quedó fuera del último encuentro en casa al comunicársele que alguien había accedido previamente con su carnet, que portaba en ese momento, con lo que sólo cabían dos opciones: error o suplantación de identidad.
Empleados de la institución heliopolitana, ejecutivos y hasta consejeros han sufrido la misma suerte, en principio achacada al próximo viaje a Roma para la disputa de la tercera jornada de la Fase de Grupos de la Europa League, si bien rápidamente hubo quien aclaró que ni siquiera estuvo apuntado en ningún listado de reserva de entradas para ese desplazamiento en concreto. Según ha podido saber ESTADIO Deportivo, el Betis ha tomado ya cartas en el asunto y, preocupado siempre por la seguridad (informática, en particular, y a título general), acaba de abrir una investigación interna a través de una empresa especializada, dando parte inmediatamente a las autoridades si se descubriese que se ha producido una filtración indeseada de los datos personales de abonados o trabajadores sin su consentimiento, producto en muchos casos (es más común de lo que parece) de un 'hackeo' informático.
Fuentes policiales desmienten a este medio que la presunta estafa tenga consecuencias negativas de manera directa aunque se descuelgue la llamada, que generalmente pasan a cortar desde el origen. Tampoco es factible que, aunque se pulse alguna tecla en el terminal receptor, puedan producirse robos de datos personales o bancarios. El fraude suele radicar en estos casos en la posibilidad de que, ante una 'perdida', alguien se comunique directamente con esos números para saber de quién se trata, llegando posteriormente facturas muy elevadas al tratarse por lo común de números de tarificación especial. La recomendación es no contestar y bloquear inmediatamente para que no vuelvan a molestarte.