La de William Carvalho apuntaba a ser la primera salida del mercado de fichajes veraniego en clave verdiblanca. El fuerte interés del fútbol árabe y sobre todo del Al-Nassr de su compatriota Cristiano Ronaldo hacía creer que todo acabaría cerrado en cuestión de días o un par de semanas, pero la operación se fue enfriando, el conjunto de Riad se enfocó en otras negociaciones como la de Marcelo Brozovic, dejando a un lado la de Carvalho y poco a poco el interés fue remitiendo hasta prácticamente desaparecer.
Para colmo, ayer mismo se conocía la decisión de la FIFA de sancionar al Al-Nassr con la prohibición de inscribir nuevos jugadores como consecuencia de las deudas pendientes, aunque esta prohibición por tres ventanas de fichajes se podría levantar de forma inmediata en caso de que el club liquide dichas deudas con sus acreedores en esta misma ventana.
Todo esto hace que la opción del Al-Nassr, ya de por sí complicada en las últimas semanas, se haya convertido prácticamente en imposible. Aunque en el Real Betis todavía confían en encontrarle una salida al que es el segundo jugador mejor pagado del club tan sólo por detrás de Nabil Fekir, por ese motivo y también porque la salida del ex del Sporting de Portugal se antoja clave para dar entrada a los fichajes que están en la sala de espera y con todo cerrado tan sólo a falta de viajar a Sevilla para firmar su contrato como son los casos de Héctor Bellerín y Marc Roca.
Se da la curiosidad, según publica hoy el diario As, que la cláusula de rescisión de William Carvalho es actualmente de tan sólo dos millones de euros, pero sólo hasta el 15 de julio, es decir, hasta este mismo sábado, cuando la misma aumenta desde los dos hasta los 15 millones de euros, por lo que el precio de salida de Carvalho se verá incrementado y el Betis tendrá además una puesta de mayor fuerza en caso de una negociación, aunque haya prometido al jugador facilitar su salida este verano tras acabar renovando la pasada campaña.
Mientras tanto el Real Betis sigue confiando en que acabará llegando un club de una liga árabe para hacerse con sus servicios y que acepte pagarle esos cinco millones de euros netos que Carvalho solicitó al Al-Nassr, con ese mismo objetivo lo mueven por aquella zona. A la espera de nuevos movimientos, el portugués sigue trabajando como uno más a las órdenes de Manuel Pellegrini.