Fernando Mateos4 min lecturaEl Real Betis busca más gol en el mercado de enero. Amén de un centrocampista (se avanza con Arthur Melo) y un extremo diestro, la idea de la dirección deportiva es poder incorporar a un delantero, lo que podría implicar a su vez la salida de Bakambu, que desea pese a todo quedarse para darle la vuelta a su situación. En cualquier caso, en las oficinas del Benito Villamarín ya manejan varias alternativas, recibiendo el ofrecimiento del griego de Douvikas y estando muy pendientes de la situación de Pau Víctor, que puede actuar además en banda, aunque suele explotar mejor sus virtudes a pierna cambiada, entrando desde la izquierda.
El joven ariete catalán, de 23 años, logró ganarse un sitio en la primera plantilla del FC Barcelona de forma sorprendente, tras su buena pretemporada, y está aprovechando las oportunidades que le viene concediendo Hansi Flick. De momento, sólo suma 220 minutos entre LaLiga y Champions, con un balance personal de dos goles y una asistencia. Pero al técnico alemán ni mucho menos le sobra, considerándolo una opción interesante para dar descanso a sus primeros espadas.
Sin embargo, LaLiga estima que el club que preside Joan Laporta continúa sin cumplir con el Fair Play para mantener inscritos tanto a Dani Olmo como a Pau Víctor a partir del próximo 1 de enero, pese a la firma del acuerdo de patrocinio con Nike. Por ello, la entidad azulgrana presentó hasta dos demandas para pedir la cautelar y poder seguir contando con ambos en el segundo tramo de la temporada, como en su día hizo con Gavi, si bien el Juzgado Número 10 de lo Mercantil decidió desestimar la primera de ellas el pasado viernes.
Al Barça aún le queda otra bala en la Justicia, pues mañana lunes le tocará decidir al respecto al juzgado de Primera Instancia. Si el fallo es contrario a sus intereses, sólo le quedará un día para que los propios consejeros avalen sendos fichajes. Mientras tanto, el Betis permanece atento y estaría intentando convencer al de San Cugat del Vallés para que solicite una salida, según el diario Sport.
Pero el ex del Girona, que lo traspasó el pasado verano al conjunto culé por 2,7 millones de euros, se muestra tranquilo por ahora, pendiente de la resolución del caso. Desde el club se le ha informado en todo momento del proceso y se le ha hecho ver que son optimistas, sin que se haya producido una reunión para valorar las alternativas en caso de no poder ser inscrito. Según Mundo Deportivo, en el seno de la entidad catalana valoran muy positivamente cómo está afrontando el jugador esta situación de incertidumbre sobre su futuro, poniéndose a disposición del club para ayudar y sin ejercer ningún tipo de presión. Si el 1 de enero sigue sin poder ser inscrito, sí tendrá que adoptar otra postura.