La portería ha sido una de las demarcaciones más cuestionadas en el Real Betis en la última década. Desde la marcha de Toni Prats a principios de siglo, sólo Antonio Adán había dado estabilidad en el arco verdiblanco. Ahora, con dos porteros de gran nivel como los internacionales Claudio Bravo y Rui Silva, más la presencia de Dani Martín como tercer portero tras la marcha de Joel Robles, Manuel Pellegrini está tranquilo en ese sentido. Sin embargo, la calma sólo es a corto plazo y tiene una fecha de caducidad temprana.
El veterano meta chileno Claudio Bravo acaba contrato en junio, pero ya ha dejado caer que le gustaría seguir un curso más y su rendimiento es más que notable pese a sus 39 años. El portugués Rui Silva, que llegó a coste cero hace dos veranos, tiene pretendientes que podrían dejar una jugosa plusvalía en las deterioradas arcas del club. A Dani Martín se le buscará una salida y, además, a la ecuación se suma el interés -que viene de lejos- en Iñaki Peña, portero del Barça que queda libre el próximo verano. Hay mucho que pensar.
El Real Betis mejoró el pasado verano el centro de la defensa, con la llegada de Luiz Felipe Ramos para unirse a Germán Pezzella, Víctor Ruiz y Edgar González, aunque la salida 'obligada' de Marc Bartra volvió a dejar carencias. Antonio Cordón ejerció también la opción de compra por Willian José, para poder seguir contando con dos delanteros de garantías, y se hizo con un extremo prometedor, el joven Luiz Henrique, para suplir la marcha de Cristian Tello, pero la posterior cesión de Diego Lainez habría requerido de otro jugador de banda que, finalmente, Pellegrini tuvo que pescar en la cantera (Juan Cruz).
Otro de los puestos pendientes de merjorar en el Betis es el lateral derecho, tras esperar hasta el final por Héctor Bellerín; mientras que la ausencia de ventas (Guido, Carvalho, principalmente) obligó también a posponer operaciones deseadas como la repatriación de Dani Ceballos o el fichaje de Houssem Aouar, que queda libre en junio. No obstante, aunque no despierte tanta expectación como otras demarcaciones, la portería del Betis vuelve a acaparar miradas de cara a las próximas ventanas de transferencias aunque, con todo lo que le gustaría hacer a Cordón, quizás sea contraproducente gastar recursos en un cancerbero.
En este sentido, ESTADIO Deportivo ha preguntado a sus lectores por su opinión de cómo debería ser la portería del Betis en la 23/24. Y el resultado de la #EncuestaHelvetiaED es tan poco concluyente que justifica las dudas de Cordón. Un 45,8% de los participantes aboga por buscar una plusvalía con Rui Silva (el verano pasado el club pedía entre 15 y 20 millones por él), renovar un año más Bravo y buscar una incorporación a coste cero como la de Iñaki Peña.
Sin embargo, un 47,9 por ciento aboga por no ampliar la estancia de Bravo, quedarse con Rui Silva y buscar un sustituto más joven que el chileno. También resulta llamativo, por lo anteriormente expuesto, que la opción menos votada sea la de no tocar nada y dejar la portería tal y como está, con dos porterazos contrastados a nivel internacional.
Que la dirección deportiva del Betis tenga que ir al mercado a por un portero no es ninguna novedad. Es más, reforzar esa demarcación ha pasado de ser una rara excepción histórica a toda una costumbre en los últimos años. Las tres últimas décadas del siglo pasado y la primera del actual, salvo anecdóticos paréntesis, hubo estabilidad entre los palos con José Ramón Esnaola en los 70 y 80, Pedro Jaro a mediados de los 90 y Toni Prats a finales del XX y el principio de los 2000. A partir del balear, que inició la década con Enrique Valerio de suplente y pasó nueve campañas en Heliópolis siendo fijo casi hasta el final, únicamente Casto Espinosa, que fue más o menos importante seis cursos, y Antonio Adán, titular indiscutible durante sus cinco temporadas (con Dani Giménez de fiel escudero), gozaron de la continuidad que todo profesional desea.
Con Pau López y Joel Robles, dos fichajes a coste cero como Bravo y Rui Silva, el Betis por fin parecía volver a acertar en la diana; pero el ex del Espanyol sólo duró un año, tras brillar con Quique Setién, estrenarse con la selección absoluta y dejar 23,5 millones de euros de plusvalía más la mitad de los derechos de Tonny Sanabria, y el getafense no supo mantener las buenas sensaciones de su primer año y acabó marchándose hace unos meses. En medio, hubo demasiado fichaje que salió 'rana' y mucho canterano salvador, como los casos del propio Casto; de Doblas o de Adrián. En total, van un total de 18 cancerberos distintos en los 22 últimos años, 13 de ellos en la última década.