Manuel Pellegrini siempre intenta tener a toda la plantilla enchufada. En la portería, por ejemplo, ha repartido las competiciones entre sus tres efectivos. Rui Silva es el titular en LaLiga, Fran Vieites jugó la primera ronda de la Copa del Rey y Adrián San Miguel suma las tres citas de la Fase de Grupos de la UEFA Conference League. No obstante, el papel del retornado canterano no se limita a lo que sea capaz de hacer sobre el terreno de juego. Su papel va mucho más allá. Tanto es así, que en el vestuario del Real Betis le temen más que al entrenador o a cualquier directivo. Por su experiencia, como en las 'pelis', le ha tocado ejercer el papel de 'poli malo'. Ha vuelto a casa para intentar cumplir su sueño de niño de ganar un título con el Betis y no pasa ni una. Es un implacable fiscal. Y el que no respete la ley, multa al canto. Receta de campeón.
El veterano portero sevillano acudió en la noche del domingo, horas después del 2-2 en el Betis-Celta, como invitado al programa 'Gol a Gol', en Canal Sur Televisión, donde fue preguntado por su papel de implacable líder del vestuario verdiblanco. Todo fue a raiz de un jocoso mensaje que Iker Losada le envió desde la zona mixta del Benito Villamarín. "Adrián es nuestro abogado. Es nuestro 'capi' en la sombra y nada, que te quiero mucho, que me animas mucho y que sigas así", decía entre risas el mediapunta de Catoira ante las cámaras de la cadena pública andaluza.
"Bueno, más que nada eso lo dice porque me he puesto bastante serio con la disciplina en el vestuario, con el tema de las multas y tal, porque eso se había dejado un pelín. Yo creo que la disciplina dentro del vestuario es primordial. Entonces el que tenga algún problema con las multas, pues le tocará hablar conmigo, se tendrá que sentar conmigo a dialogarlo. No he puesto yo las multas, ha sido algo consensuado", explicaba el ex del Liverpool, que ha asumido mucho peso en un vestuario que en los dos últimos años se ha quedado sin referentes como Joaquín Sánchez, Sergio Canales, Andrés Guardado, Claudio Bravo, Germán Pezzella o Guido Rodríguez.
Por todo ello, Adrián ha asumido un rol de capitán sin brazalete que todos sus compañeros le conceden dada su experiencia y veteranía sumadas a su condición de canterano y jugador formado en la casa. Para alguien con un sentimiento tan arraigado, volver a Heliópolis fue regresar a casa. Una de las decisiones más sencillas de su vida: "Sé dio muy fácil, la verdad. Recién terminada la temporada, el Liverpool me ofreció renovar un año más; pero desde la directiva del Betis me dieron el toque, me dijeron que les gustaba mi perfil y que quería ficharme. Dije 'Pues vamos a sentarnos a hablar'. Yo estaba de vacaciones en Sevilla y lo resolvimos rápido".
"Yo he firmado por el Betis para competir, para aprovechar todas las oportunidades que me dé el míster y para ser exigente. Todas estas temporadas que he estado en la Premier League (11, seis en el West Ham y cinco en el Liverpool) me han inculcado una exigencia que creo que tengo que inculcar. El club está ahora muy bien, se encuentra en un momento de progresión, pero yo pienso que todavía se puede seguir mejorando para continuar avanzando paso a paso", añadió, justificando su inflexible postura a la hora de no conformarse y seguir elevando el listón día a día.
Adrián San Miguel, que en enero cumplirá los 38 años, repasó durante la entrevista toda su carrera. Como portero del Liverpool conquistó una Premier, una FA Cup, dos EFL Cup, una Community Shield, una Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes, tiñendo así de plata una trayectoria que le llevó a ser internacional absoluto con España y que arrancó, curiosamente, con Joaquín Sánchez como verdugo en un partido contra el Málaga de Manuel Pellegrini en la temporada 11/12.
Casto Espinosa comete un penalti, lo expulsan y sale el entonces canterano, que no pudo detener el lanzamiento del portuense: "Ponerme los guantes y salir. No tuve tiempo ni de calentar. Me marcó Joaquín, pero es que luego Isco me metió otro. Parece un chiste, pero así fue mi debut en Primera división". El técnico que le dio la alternativa, Pepe Mel, fue otro de los que dejó mensajes de cariño para el ilustre alumno del Altair, un fiel devoto de Doleres del Cerro y quien también pudo comprobar el cariño que le tiene el beticismo.