Borja Iglesias se ha convertido oficialmente ya en nuevo jugador del RC Celta, tras el acuerdo para su cesión sin opción de compra alcanzado el jueves entre el club vigués y el Real Betis. Ninguna de las tres partes refería el viernes contingencias más allá de los típicos flecos cuando las operaciones se plasman negro sobre blanco en papel, por lo que el anuncio se antojaba inminente. El propio interesado cambiaba su bio de las RRSS para aclarar el esperado desenlace minutos antes de que, a las 20:45 horas, lo comunicaran los clubes. Sin embargo, por cuestiones operativas, el delantero no abandonará el 'stage' de pretemporada que realiza a las órdenes de Manuel Pellegrini en el enclave austríaco de Seefeld in Tirol, ya que está previsto que la expedición verdiblanca regrese a Sevilla este sábado por la tarde, tras diez días de concentración y la disputa del primer amistoso (ese mismo día, a las 14:00 horas, frente al Austria Salzburgo).
Lógicamente, el 'Panda' no participará en el citado encuentro para evitar lesiones y, como quiera que ya han finalizado los entrenamientos, simplemente acompañará a sus todavía colegas de vestuario, pasando por su domicilio hispalense para hacer las maletas y desembarcar a priori el lunes en Vigo. Allí, Borja pasará reconocimiento médico antes de completar los últimos trámites que terminarán, seis años después de marcharse y siete de vestirla, con la camiseta celeste en su tren superior. Mientras tanto, el famoso modelo de la marca Seat que utiliza el apodo del animal que hizo suyo y que ya condujo en diciembre pasado en la Ciudad Deportiva Luis del Sol antes y después de un entrenamiento le aguardaba en la capital pontevedresa, donde se vio el vehículo en la puerta de la tienda oficial del RC Celta, muestra inequívoca de que su departamento de comunicación preparaba un vídeo para anunciar su fichaje, de momento sin él, pero con un 'doble' con cabeza de oso.
En otro orden de cosas, los aficionados béticos que recelaban de la fórmula elegida para dejar ir al '9', finalmente un préstamo no remunerado (los cuatro millones de euros de su amortización pendiente corren a cargo de la entidad de La Palmera) y sin opción de compra, tienen un motivo menos para preocuparse. Y es que, aunque los verdiblancos se ahorran el total de su ficha (algo más de dos millones de euros netos), el contrato de Borja Iglesias expira el 30 de junio de 2026, por lo que existe el riesgo de que en Heliópolis quedasen el verano que viene con las manos atadas ante una posible resurrección deportiva del artillero (que acabó la 23/24, contando también su cesión al Bayer Leverkusen, con apenas dos goles y otras tantas asistencias) ante su último año. No obstante, según 'BeSoccer', el Real Betis cuenta con la posibilidad de ampliar un curso más su vinculación de manera unilateral (hasta 2027) para volver a tener la sartén negociadora por el mango.