La temporada se encarrila hacia su último mes de competición. Por delante cinco partidos para finalizar LaLiga EA Sports. El Real Betis peleará de lleno para obtener billete por cuarto año consecutivo para competición europea. Manuel Pellegrini seguirá manejando la nave bética tras los rumores que lo ubicaban lejos del Estadio Benito Villamarín. El domingo visitará El Sadar para jugar ante un Osasuna que ya no se juega absolutamente nada. Está salvado virtualmente y ya piensa en la próxima temporada, con cambios notorios después del comunicado de Jagoba Arrasate y su intención de no continuar. Los béticos tendrán bajas de peso. Una de ellas y la más significativa es la de Isco Alarcón.
El mediapunta malagueño vio la décima amarilla de la temporada en Liga y volverá a cumplir un encuentro de sanción. Isco Alarcón es el faro del Betis y su buena campaña lo sitúan como el mejor jugador de la entidad. Con el del domingo, se perderá el séptimo encuentro en el campeonato liguero. No jugó ante el Girona en la primera vuelta por sanción, además de perderse cuatro compromisos por lesión (Cádiz, Alavés, Athletic Club, Atlético de Madrid y Villarreal) entre febrero y primera quincena de marzo. Tampoco estuvo en ninguno de los dos envites de Conference League frente al Dinamo de Zagreb.
Mirando el rendimiento del Betis sin Isco en el terreno de juego encontramos lo siguiente en Liga: dos victorias, dos empates y dos derrotas. Una balanza equilibrada en todas sus partes. Resultados a los que hay que sumar la derrota en la ida de Conference frente a los croatas y el empate a domicilio que selló la eliminación de la tercera competición continental en importancia.
Tras recuperarse de esa lesión que sufrió a primeros de febrero, Isco ha ido ganando en hegemonía dentro de los onces de Manuel Pellegrini. Hasta la fecha, suma 34 encuentros, ocho goles y seis asistencias. Renovado el pasado mes de diciembre hasta 2027, el andaluz será clave una vez regrese de sanción. Le quedarán cuatro partidos ante Las Palmas, Rayo Vallecano, Real Sociedad y Real Madrid para ayudar al equipo a conseguir el ansiado objetivo europeo.
Especialmente relevante fue su papel en 'El Gran Derbi' ante el Sevilla FC. Tenía rabia acumulada después de su abrupta salida del club y ese episodio violento con Monchi. Fue él, el encargado de transformar el penalti señalado a Lukébakio con una celebración posterior que se ganó los aplausos y enloqueció al Benito Villamarín.