Las de Bartra y William Carvalho son renovaciones enquistadas en clave verdiblanca. Ambos son puntales en el equipo de Manuel Pellegrini, seguramente titulares en condiciones normales, tras sus notables actuaciones en la temporada 21/22, pero no aceptan las propuestas a la baja presentadas por el Real Betis, obligado a venderlos antes del 2 de septiembre para, al menos, recuperar parte de lo invertido en su momento para reclutarlos (alrededor de 30 millones entre ambos, variables incluidas), librándose además de dos de las fichas más altas del plantel antes de que desde el próximo día de Año Nuevo puedan negociar libremente con quien deseen para marcharse gratis dentro de un año. Por eso, intermediarios de confianza, aparte de sus propios agentes, escuchan ofertas o mueven al central y al mediocentro en diferentes Ligas europeas.
En el caso del internacional portugués, ED informaba este fin de semana de que hasta cinco entidades mantenían viva la esperanza de poder convencerle, una de ellos que no ha salido todavía a la luz y precisamente la que más ilusiona al '14' heliopolitano. Así, Lyon, Monza, Nottingham Forest (pese al fichaje de Orel Mangala, que estaba encarrilado desde hace una semana) y Galatasaray (que habría vuelto a la carga tras la negativa a su primer acercamiento y el descarte público de su entrenador) estaban en el candelero a la espera de una decisión del protagonista. Incluso, medios turcos especulaban con el 'Me gusta' a una publicación de la histórica entidad de Estambul por parte del nacido en Angola, con el que tendrían allí presuntamente un acuerdo económico, sabiendo que pide un contrato de tres años a razón de un mínimo de tres kilos netos por campaña.
Sin embargo, el 'Galata' parece haberse cansado de esperar y, tras el aterrizaje de Sérgio Oliveira, piensa apuntalar su sala de máquinas con otro centrocampista de corte defensivo más barato a priori que William. Se trata de Lucas Torreira (26), por el que, según varias cuentas especializadas en el mercado, ha alcanzado una entente total con el Arsenal, después de acordar con él las condiciones monetarias hasta 2025, con un cuarto año opcional. El uruguayo llegará a tierras otomanas a cambio de un fijo de 5,5 millones de euros y unos bonus de 1,5, siete en total, uno menos de lo que exigen en La Palmera por Carvalho, que verá seguramente como, ahora de manera definitiva, se cae uno de sus pretendientes más pudientes, aunque no es una Liga que gustara al de Luanda.