Fernando Morientes jugó los mejores años de su carrera en el Real Madrid, con el que logró tres Liga de Campeones, dos Intercontinentales, dos Ligas, etc. El delantero de Sonseca destacó pese a que el equipo madridista siempre le buscó alternativas en la delantera, desde Nicolas Anelka a Ronaldo Nazario. Luego pasaría por el Mónaco, Liverpool o Valencia, y en la selección sumaría 27 goles en 47 partidos, con una media realizadora superior a la mayoría de los delanteros que han pasado por ella.
Sin embargo, antes de pasar por el Real Madrid jugó en el Albacete y sobresalió en el Zaragoza, un equipo maño que no era el de ahora, que peleaba entonces por jugar en Europa todos los años -fue campeón de la Recopa en 1995- y que estaba en un segundo escalón en LaLiga española, a la altura muchos años de Atlético de Madrid.
Lo que no se sabía tanto era que el delantero cacereño había estado a un paso de jugar en el Real Betis en 1995 y que una de las tres opciones que barajó en ese momento. Morientes, en unas declaraciones publicadas en Kodro Magazine, en las que recuerda su trayectoria, indica aquel año, que fue clave en su posterior trayectoria y que, a tenor de lo que vino luego, acertó de pleno en la elección.
"Mi representante me dice que me quiere el Atlético de Madrid, el Zaragoza y el Betis. Le digo hombre, el Atleti. Estaba Jesús Gil y yo me acababa de sacar el carné del coche. A mí al principio me daba igual el dinero que me pagasen, yo quería un coche. El Golf. Y Gil le llamó y me dijo que si iba, tenía el Golf en el Calderón. Pero yo no tenía un duro entonces, y si me pagaban con pisos en Marbella y un coche, igualmente estaba a cero en el banco. El representante me dijo que el que mejor pagaba era el Zaragoza. El Zaragoza pagaría bien al Albacete y yo sería el fichaje más caro de la historia (350 millones de pesetas) y me dijo 'a ti te pagan una ficha en dinero'. Le dije venga, al Zaragoza. Molina, Santi (Denia) y yo íbamos juntos, en el mismo paquete, en la 95-96 (los otros dos acabarían en el Atlético). Pero yo podía cobrar más en el Zaragoza, me llamó Víctor Fernández y me dijo que tenía el '9'. Era un equipazo", narra un Morientes, quien también cuenta cómo fueron esos dos años en el equipo zaragozano.
"La primera temporada marqué 13 goles en Liga y 2 en la Recopa, fue una temporada muy buena. La segunda empecé regular y perdí la titularidad. El equipo no fue bien, subieron al entrenador del filial y ya empecé a jugar y a marcar una barbaridad", añade. Lo siguiente es historia, se comprometió con el Real Madrid y formó junto a Raúl una de las parejas más prolíficas de aquella época.
El Betis, que un año antes había subido a Primera y que había acabado tercero en el campeonato liguero con Serra Ferrer, fichó finalmente a Pier por 500 millones de pesetas (tres millones de euros) y el punta tinerfeño estuvo los dos años siguientes junto a los Jarni, Alfonso, Finidi y compañía. Curiosamente, en 1997 se iría al Zaragoza para suplir la salida de Fernando Morientes.