"Con el tiempo, lo vamos asimilando todos y nos damos cuenta el gran vestuario que teníamos", asegura Juan Miranda, en referencia al equipo que este verano se ha colgado la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París, un éxito que recrean en un grupo de WhatsApp que sigue muy activo. De esa final, el olivarense se queda con todo: "Con la convivencia, que fue de diez. Algunos compañeros no nos conocíamos. Y me llevo muchos amigos de una plantilla de una gran calidad humana y deportiva que espero conservar toda la vida". Lo ha hecho este martes durante su intervención telefónica en el programa de Radio Marca 'La pizarra de Quintana', donde confiesa que "habría preferido un partido más tranquilo" por el título, ya que se les "complicó al final", aunque "Francia tenía un equipazo". Tras la "espinita clavada" por la plata en Tokio 2020, se quedó con "una sensación única".
El lateral izquierdo agradece haberse encontrado en Bolonia con una afición, unos compañeros y un cuerpo técnicos acogedores, destacando de su entrenador, Vincenzo Italiano, que guste de "meter intensidad" y de utilizar "laterales largos", lo que le beneficia (ha ido sumando más minutos hasta hacerse con la titularidad en la tercera jornadas tras sus vacaciones), si bien espera que "este sábado en la visita al Como llegue la primera victoria". Será, valga la broma, "casi un partido de LaLiga" por los muchos españoles que se han embarcado en la aventura de Serie A que comanda Cesc Fàbregas (Sergi Roberto, Pepe Reina, Alberto Moreno, Nico Paz...), aunque el ex del Real Betis entiende que "será difícil", pese a lo cual espera que sea "una temporada bonita", tras la clasificación hace unos meses para la Champions League, destacando que los emisarios 'rossoblús' se desplazaron a Sevilla para convencerle.
Obviamente, Miranda se volvió a referir a su salida de La Palmera: "Fueron muchos días dándole vueltas, muy difíciles... No se lo deseo a nadie. Pero ya está; había finalizado mi etapa, mi ciclo, como para muchos jugadores. Había que cerrar esa etapa. Tenía muchas cosas buenas, por suerte, pero me decanté por el Bolonia. Es cierto que es una pena, tras cuatro años en el Real Betis, los más felices de mi vida, porque he jugado donde siempre soñaba jugar de pequeño. Fue muy triste, aunque el tiempo lo cura todo". Como ha hecho en varias ocasiones desde que se marchó, el aljarafeño sólo tiene palabras de elogio hacia el equipo de su vida: "Lo de La Cartuja nunca lo olvidaré, pero ojalá este año pueda ver desde aquí cómo ganan la Copa del Rey otra vez". Sobre un hipotético regreso en el futuro, pues apenas cuenta con 24 años, fue políticamente correcto: "Desde la distancia se sufre más. Hablo con alguno de ellos de vez en cuando. Espero que les vaya fenomenal, porque es mi equipo y siempre lo apoyaré. Deseo que puedan repetir Europa este año también ¿El futuro? Nunca se sabe en este mundo, pero estoy feliz en Bolonia".