Apenas un año después de su salida, la ilusión de Luiz Felipe era palpable. Una amalgama de emociones encontradas se dibujaba en su rostro. Nada más terminar de calentar, el central se detuvo a saludar a viejos conocidos de tal renombre como Rubén Cousillas. El que fuera su segundo entrenador durante su estancia en el Real Betis saltó a la línea divisoria de los dos banquillos para abrazar al central de Colina. Acto seguido, el zaguero procedió a saludar al resto del cuerpo técnico antes de enfilar el túnel de vestuarios.
A su vuelta, como el lector podrá intuir, la emoción de Luiz Felipe con el que durante una temporada fue el himno que encendió su corazón fue patente. El futbolista no dejó ni un instante de mirar a la grada. Conscientes de ello los aficionados, tal y como captaron las cámaras de ESTADIO Deportivo, el graderío verdiblanco lanzó una ovación sonora al central al grito de "Luiz Felipe, Luiz Felipe". Una muestra de cariño para el futbolista que se repitió en varias ocasiones a lo largo del encuentro, dejando entrever el cariño que mantienen los béticos para el que un día fue su guerrero.
En lo futbolístico, Laurent Blanc le cedió la vitola de titular. Compañero de Almusa en la defensa de cuatro, tomó la iniciativa en la salida del balón de un equipo vertical. Su pareja de baile fue Aitor Ruibal, delantero centro titular de Manuel Pellegrini y autor del primero de los goles. Los errores en defensa del Al-Ittihad le impidieron brillar, a pesar de una correcta actuación en lo individual en un choque que disputó al completo.
Al final, lo cierto es que la noche de este sábado quedará grabada en la mente de un futbolista querido por el Real Betis y que guarda un cariño bien especial al club. Si los derroteros de Luiz Felipe caminarán por el Villamarín en más de una ocasión durante la presente temporada, solo el tiempo lo dirá. Los béticos ya le lanzaron su mensaje.