La planificación en un club de fútbol es un ente vivo, cambiante pero siempre activo. Los directores deportivos suelen adaptar sus vacaciones al periodo inmediatamente posterior al cierre de una ventana de transferencias, aunque, por definición, no pueden apagar sus teléfonos nunca. Siempre hay trabajo pendiente, bien analizando futuras incorporaciones (especialmente, en un mercado a coste cero con demasiada competencia desde el estallido de la pandemia y la crisis económica generalizada) o tramitando ampliaciones o renovaciones de contrato. Este verano, el espinoso asunto de las inscripciones ha capitalizado el interés en el Real Betis, que había cerrado pronto sus tres incorporaciones, en realidad dos caras nuevas (Luiz Felipe y Luiz Henrique) más la conversión de Willian José de cedido a adquirido en propiedad. Finalmente, un esfuerzo de los 'pesos pesados' del plantel y la aportación del consejo de administración de 6,3 millones de euros de su patrimonio personal salvó una situación delicada, aunque, como ya advirtió el presidente Haro, en Heliópolis están ocupados más que preocupados en solventar el desfase durante los próximos meses.
Toca revertir un desequilibrio de alrededor de 60 millones de euros, ya que será la única manera de que el villaverdero y sus más directos colaboradores puedan recuperar lo 'prestado' a la entidad. Hay resortes societarios y financieros que deberán activarse, con la ampliación de capital, la conversión de deudas a corto plazo en deudas a largo plazo y la emisión de bonos corporativos sobre la mesa en la próxima junta de accionistas. Pero, igualmente, es prioritario reducir la masa salarial de un equipo que se ha mantenido con el fin de apostar fuerte por la clasificación para Champions League, una medida que ayudaría en la tarea global de aumentar los ingresos dados los premios seguros por participar en la máxima competición continental, muy superiores a los de la Europa League. Por último, para poner los números del Betis en verde, nunca mejor dicho, habrá que engordar la partida de ingresos extraordinarios por traspasos, que ha pasado de una expectativa en los presupuestos de 30 kilos a tan sólo cinco.
El ahorro en fichas y salarios quedará allanado por el fin de contrato de hasta cinco futbolistas (Joaquín, Bravo, Guardado, Víctor Ruiz y Camarasa), lo que colaborará también en el deseo de rejuvenecer un poco el vestuario. Con todo, se tratará de potenciar una gran venta o varias medianas que, sin menoscabar el potencial del grupo, permitan ese deseado equilibrio financiero. Y un nombre aparece en lo alto de la lista, ante la evidencia de que, por edad y otras razones, no llegaron ofertas convincentes por los mejores futbolistas verdiblancos. Así, según ha podido saber ESTADIO Deportivo, Rui Silva es la gran baza que maneja el Betis para hacer caja el verano que viene, siempre y cuando el guardameta luso esté por la labor de salir y las propuestas se acerquen o rebasen su valor estimado de mercado, de 15 millones de euros, según 'Transfermarkt'. Ya en la recta final de agosto, el Ajax se movió por el ex del Granada, aunque el movimiento no terminó de concretarse por un desacuerdo en las cantidades y el deseo del de Maia de seguir aquí.
La ausencia del portero formado en el Nacional de Madeira en la última convocatoria de Fernando Santos para la Liga de Naciones, el doble compromiso previo a la citación para Qatar 2022, ha dolido tanto al propio Rui como a sus asesores y al mismo club, que agradecería cierta revalorización durante el Mundial de su pupilo, pese a tener a, al menos, dos compañeros por delante en la selección de Portugal. Con todo, aparte de un Ajax que tanteó finalmente y con la misma suerte al benfiquista Vladochinos, la Premier League no ha perdido la pista a Silva, en un gran momento de forma y con una edad, 28 años, ideal en cuanto a madurez y proyección en un profesional de su demarcación. Al aterrizar en La Palmera a coste cero, su venta generaría una jugosa plusvalía, como la hipotética de Luiz Felipe, aún más joven (25) y que es candidato a mejor defensor de LaLiga en el mes de septiembre. Aunque tampoco está en la mente ni de él ni del Betis una venta, clubes italianos, ingleses y alemanes han preguntado ya por esta vía.
Ángel Haro también habló en su análisis del mercado veraniego de la obligatoria contención en el gasto en futuras ventanas, lo cual alimentará la apuesta por el producto que ya es propiedad verdiblanca y los jugadores libres. Y, de salir el actual portero titular y no renovar Bravo, como está en la hoja de ruta, hay un nombre que gusta sobremanera a Antonio Cordón para lograr que no haya pérdida de potencial bajo palos sin una inversión excesiva. Se trata de Iñaki Peña (23), a la sombra de Ter Stegen en el FC Barcelona, con el que acaba contrato el 30 de junio de 2023. No ha renovado y, por ahora, no tiene intención de hacerlo, hasta el punto de que los dirigentes culés empiezan a centrar sus esfuerzos en atar al tercero en discordia, Arnau Tenas. La cesión del alicantino al Galatasaray en la segunda mitad de la campaña 21/22 demostró que tiene nivel para ser titular en un equipo importante, aunque, lógicamente, también ha aumentado su número de 'novias'.
Los contactos con el entorno de Peña por parte del Betis ya han comenzado, aunque se trata de movimientos embrionarios. La idea, siempre que no cambie su situación, es acelerar de aquí a la próxima primavera para que se una a otros deseados que quedarán libres, casos de Bellerín, Aouar y Dani Ceballos, aunque, en estos casos, sus altos sueldos solamente tendrían cabida en la plantilla heliopolitana de la 23/24 si la revolución es mayor que la apuntada, con alguna salida importante más con beneficio para las arcas béticas (Guido Rodríguez, William Carvalho...). Un puzzle del que, por ahora, únicamente se conocen las piezas preferidas, que no encajarán hasta que haya huecos suficientes en el boceto definitivo.