La baja de Canales por lesión y el hecho de que Rodri acabe de regresar a la práctica colectiva después de unas molestias que le impidieron dar continuidad a su partidazo en Almería abren de nuevo las puertas de la titularidad este viernes (21:00 horas) a Luiz Henrique ante el Elche. Son ya tres partidos seguidos en los que el brasileño parte desde el banquillo, apenas un tercio del total en lo que va de temporada, cuando apenas rotó y, varias veces, lo hizo pero le tocó suplir enseguida a un compañero lastimado (Fekir y Joaquín en Europa League, el francés en el choque de LaLiga en el Bernabéu). La última, al cántabro en el descanso del Betis-Valladolid. Todo dentro de un medido plan de ajuste de cargas por su desembarco en Europa en pleno verano aquí y plena temporada allí. Su consideración es la misma dentro del vestuario de Heliópolis: es, seguramente, el atacante más determinante, junto a Nabil, por desborde, regate y calidad. Capaz de sentenciar encuentros como en el mes de enero, se le espera más pronto que tarde de vuelta para el exigente final de curso.
Como ya se explicó en ESTADIO Deportivo, hay muchas esperanzas depositadas en el ex de Fluminense, deportiva y económicamente hablando. En La Palmera confían en su apuesta, cifrada en un total (con pluses) de 12,6 millones de euros, como estandarte ofensivo, aunque nadie esconde que, por edad (22 años recién cumplidos) y proyección, se trata igualmente de uno de sus principales activos en el mercado, que exigirá antes del próximo 1 de septiembre de 2023 una gran venta con la que cuadrar las cuentas. Seguramente, la reciente refinanciación obtenida por parte de un fondo de inversión reduzca la tendencia a malvender, pero, de cualquier manera, el Betis debe recuperar su política pre pandemia de fichar barato y generar plusvalías para crecer. Y ahí primarán los que llegaron a coste cero (Rui Silva, Luiz Felipe...), pues dejarían una mayor tajada, aunque no sólo ellos, porque en ciertas latitudes, como la pudiente Premier League, la juventud es un valor añadido.
Luiz Henrique reúne todos los factores para ser un 'producto' apetecible en Inglaterra, si bien no sólo allí. De hecho, su agente, Stefano Castagna, lo mueve por Italia desde que saltara a la palestra el seguimiento por parte del Nápoles, que no es el único club de la Serie A que le ha echado el ojo. Para España y Reino Unido, el procurador transalpino ha confiado en otros intermediarios expertos en el terreno, quienes le transmiten que hay ya muchas peticiones de ojeadores para verle en directo e, incluso, preguntando precio y condiciones para un hipotético traspaso, aunque lo mejor era terminar la 22/23 en LaLiga e, incluso, arrancar la campaña venidera aquí. Todo se andará, porque las propuestas de la Premier que podrían tomar cuerpo antes quizás no fuesen tan atractivas para Luiz Henrique, que sigue sin despertar aún en serio el radar del 'Big 6'. Consideran los especialistas que, si es capaz de replicar (ni siquiera mejorar) el pasado mes de enero antes de que expire este ejercicio, habrá mucho y más jugoso donde elegir.
"Mi objetivo es ser campeón con el Betis (...) Estoy creciendo mucho; me siento orgulloso de que otros equipos se fijen en mí, pero, ahora, pienso en el Betis. Cuando venga esa propuesta, no sé qué pasará, pero ahora no pienso en eso. De hecho, dije a mis agentes que sólo pienso en el Betis y en jugar", recalca Luiz Henrique en una entrevista con 'El Desmarque', aunque, si en Inglaterra todavía no tiene abiertas todas las puertas que desearía, las del Nápoles sí ofrecen algo de luz. Y es que su clon en las filas partenopeas, Hirving Lozano, no ha aceptado las ofertas de renovación a la baja que ha recibido por el deseo del presidente 'azzurri', Aurelio de Laurentiis, de fijar un tope salarial que ahora mismo superan varios, entre ellos el mexicano. Con mejores propuestas desde Gran Bretaña, el 'Chucky' está estirando la cuerda, conviniendo las partes en que una venta sería la mejor solución para todos. En la 'pole' para suplirle, con informes más que positivos, está el brasileño. En La Palmera, mientras tanto, se frotan las manos.