Betis
Rangers FC
Vaya día para pegar el petardazo. Vaya día para perder el primer partido en casa de la temporada. Vaya día. Vaya noche. El Real Betis ha quedado eliminado de la Europa League tras perder por 2-3 ante el Rangers FC, que ha necesitado muy poco para resaltar las carencias que los verdiblancos tanto se han afanado en disimular, acabar con la condición de invicto del Benito Villamarín y pasar directamente a octavos de final, con el AC Sparta de Praga como segundo en el Grupo C. La UEFA Conference League será ahora el triste consuelo para los pupilos de Manuel Pellegrini, que llegaron a la jornada 5 con los deberes aparentemente hechos y lo han tirado todo por tierra con cero puntos de seis que le despiertan de un sueño.
A Pellegrini, en concreto, se le puede reprochar poco. Su equipo hizo aguas atrás, pero es que sólo tiene un central disponible y el parche de reubicar Marc Roca es un marrón que paga el catalán y el equipo, pues se vio señalado en los tres goles de los escoceses. También careció de un 'stopper', pero es que la lesión que rompió la escoba de Guido Rodríguez fue la puntilla a la extemporánea venta de Luiz Felipe y a la baja de larga duración de Marc Bartra y la necesidad de retrasar a Roca. Guardado y Carvalho no sostuvieron al equipo, que acabó limitado a la inspiración de Isco y Ayoze, pues Assane, Abde y Borja le ponen voluntad pero no les acompaña el acierto y la pólvora de Willian José se ha mojado de repente. Resultado final: un petardazo.
Así jugaron, uno a uno, los futbolistas del Real Betis en el partido ante el Rangers FC en la sexta jornada en el Grupo C de la UEFA Europa League:
No tuvo demasiado trabajo, pero el Rangers FC tuvo cuatro claras y mandó al saco tres de ellas (la otra, fuera por poco). En la primera, de Sima, la acción nace de un despeje apurado del luso, que en el segundo sale a la desesperada ante Dessers, que cuela el balón entre sus piernas, y en la tercera no tapa el reverso de Roofe a bocajarro.
Comenzó con fuelle pero se disipó hasta casi desaparecer. De inicio, las transiciones visitantes casi siempre le pillaban a contrapié, ya que se abría mucho para estirar el campo y dar opciones de salida. Por momento, incluso se internaba situándose en la práctica casi como un volante y así estuvo a punto de marcar -lo evitó Butland con un paradón-. De más a menos, dejó su sitio a Ruibal en el 82'.
Le gusta anticipar y se le da bastante bien, pero al ser el único central específico, cada vez que salía de su zona se le descolocaban sus compañeros. Al beticismo se le heló el pulso cuando le vio tendido en el suelo en el alargue de la primera mitad quejándose de un fuerte dolor cervical. Acabó de '9' y tuvo dos ocasiones para marcar. No puede hacer más.
Juega de central porque no hay otra cosa, pero sufre una barbaridad y se vio en los dos goles del Rangers. Además, tenerle tan atrás resta salida al equipo, más aún ahora después de la lesión de Guido. Tuvo el 3-2 en una de sus incorporaciones al ataque, pero pisó el balón en lugar de rematarlo y para colmo salió también en la foto del 2-3, pues rompe el fuera de juego y habilita a Roofe.
Auténtico desfibrilador en el tramo en el que el Rangers mandaba al Betis fuera de la Europa League hasta en dos ocasiones. Metió el 1-1 con un soberbio zurdazo y generó bastante peligro con sus arrancadas por la izquierda, aunque con el paso de los minutos la apretada situación del grupo le obligó a ser más selectivo.
Siempre intenso en balones divididos y con gran desplazamiento en largo, estrelló un zapatazo en el larguero en el frenético inicio de choque pero no logró cerrar la puerta a ese enorme pasillo central que el Rangers FC explotaba con facilidad haciendo añorar la omnipresente escoba de Guido. Nunca fue un 'stopper'.
Llevaba tres semanas sin jugar y se le notó cuando el partido se volvió loco en una primera media hora de electricidad. No lograba hacerse con el balón, algo que sí comenzó a hacer tras la reanudación, después de los ajustes de Pellegrini para que el equipo no se estirase tanto.
Dio el susto a los 10 segundos, se le quedó el pie atrás al deslizarse para intentar robar un balón y además se llevó un pisotón. Luego se mostró acelerado en exceso, peligroso arrancando con potencia y presionando con fe, aunque con más precipitación que acierto en los últimos metros.
Capaz de salir de un campo de minas con el balón cosido a la bota. Se frena, pisa, esconde, muestra, se la cambia de pie... parece imposible que salga de ahí... y siempre sale para ganar metros o darla en ventaja al compañero. Asistió a Ayoze en el 2-2 y el partido fue otro cuando salió de la jaula de los primeros 20' y se puso a jugar por todo el campo.
Lo más prometedor del Betis siempre nacía de su inteligencia para moverse, asociarse y/o dejar espacio a Miranda. Lideró la reacción tras el 1-2 pegándose mucho a Isco, que se la puso para el disparo angulado con rosca que hizo la segunda igualada.
Es un '9' y hay que exigirle gol, pero a falta de inspiración anotadora, nadie le podrá reprochar nunca su enorme capacidad de trabajo para el equipo. Presiona, se ofrece para descargar y, aunque a veces le falta precisión y se enfurece por ello, se asocia lejos del ára e incluso es capaz de regalar goles como el que le puso en bandeja a Miranda con un sutil toque de primeras de espaldas a portería.
Tiene lo que tiene y no se le puede pedir más. Su equipo salió muy enchufado, pero en su exceso de ganar tendía a romperse y lo paga casi a gol por ocasión visitante. Con el alivio de empatar dos veces, Pellegrini sacó su máquina de coser en el descanso y el equipo salió más junto, aunque también más apagado. Apenas inquietó, se la jugó a que el Rangers se desesperase y dejase huecos, pero los de Glasgow hicieron el 2-3 y ahí el Betis ya no encontró respuesta. Los cambios aportaron entre poco y nada. Se echó mucho de menos a los lesionados y sobre todo a los no inscritos. Era un día para Chadi Riad, Sergi Altimira e incluso Sokratis.
Suplió a Borja Iglesias a falta de 20 minutos pero desareció en medio de camisetas azules y nunca supuso amenaza alguna para el Rangers. Es más, apenas fue capaz de entrar en juego.
Salió enchufado, pero sólo él quería correr. Lo intentó por su cuenta, con buenas intenciones y malas ejecuciones.
Suplió a Carvalho tras el 2-3 para atacar por acumulación, pero su producción se limita a dos centros en el 95' que pegaron en el cuerpo de un defensor rival.
Entró en lugar de Bellerín para tratar de dar empuje.