Aitor Torvisco8 min lecturaEl Real Betis se ha impuesto este jueves al PFC Ludogorets por 3-2, en un partido que debió comandar con facilidad y en el que estuvo a merced de las paradas de Bravo y la ocasión perdonada por Gropper en el tiempo de alargue. Faltó determinación y seguridad defensiva, justo el aspecto en el que más había mejorado el equipo en lo que iba de 22/23.
Pellegrini hizo mucho hincapié en la necesidad de reducir el número de goles en contra para poder aspirar a retos ambiciosos en las cuatro competiciones y hasta hoy lo había conseguido. Es el primer encuentro en el que encaja más de un tanto, aunque lo preocupante fue que el Ludogorets encontró escasos problemas para generar peligro. Y eso que el Betis pudo sentenciar en la primera mitad con un inspirado Luiz Henrique que, tras estrenarse, fue de menos a más.
Tras hacer ocho cambios con respecto al equipo que ganó al Villarreal el pasado domingo, Pellegrini tuvo que recurrir a Guido antes de la hora de juego y acabó tirando también de otros titulares como Pezzella, Álex Moreno o William Carvalho, debido a que, con todo a favor, había perdido el control del partido. Pese a ello, otra victoria más (quinta en seis partidos oficiales) y liderato del Grupo C para un Betis que no para. El domingo, visita liguera al Girona CF.
Así jugaron, uno a uno, los futbolistas del Betis, en el triunfo ante el Ludogorets:
Decir que su primera intervención fue un pase con la cabeza ya habla de la seguridad con la que juega lejos de su arco. Segunda titularidad en Europa. Hizo un paradón a Teptekey con 0-0, otro a Cauly con 1-0 y uno más con 2-1 a Thiago. Incluso paró el tanto de Despodov, pero la sacó de dentro, y casi llega en el zapatazo del 3-2. Muy buena actuación pese a encajar dos dianas.
El único lateral derecho sano, con la baja de Sabaly y Montoya fuera de la lista de inscritos. Quizás fue el partido en el que menos se prodigó en ataque y más sufrió en defensa. Nunca le perdió la cara al partido, pero acumuló varias pérdidas en campo propio y cometió la falta del 2-1 en el alargue del primer tiempo.
Si bien estuvo algo impreciso con la pelota y menos dominante que ante el Villarreal, sólo fue superado en superioridad y demostró su gran capacidad de reacción, con un imán para llevarse los balones sueltos. Cuando ya parece superado, mete el pie desde el suelo y la salva. Preocupó al dejar el campo a falta de un cuarto de hora por molestias en un tobillo.
Bien colocado y seguro con la pelota, sufrió cuando el Ludogorets acumulaba gente a la espalda de los pivotes y le obliga a salir de su zona. Cazó un balón suelto y casi marca en la reanudación.
Buen partido del de Olivares, que asistió en los dos primeros goles del Betis, se sumó al ataque con agilidad y se mostró solvente en defensa.
No está en su mejor momento. A veces parece quemarle el balón y, aunque suele colocarse bien, le faltaba un punto de concentración. Llegó tarde a muchos duelos y concedió espacios por dentro. Para colmo, se llevó varios golpes dolorosos y fue amonestado nada más empezar la segunda parte. Sólo hizo falta un contragolpe visitante para que Pellegrini le quitase en el 56'.
Casi marca en la primera mitad con un remate acrobático y no paró de luchar en todo el partido, pero no lograba contener al equipo ni cerrar el pasillo central cuando el Ludogorets lo recorría. En más de una acción pecó de no querer hacer falta táctica.
Acaparó la atención en la primera parte, con constantes desmarques e intentos de desbordar por la derecha. Así reclamó un penalti (lo parece, la verdad), puso a prueba al meta tras irse de dos rivales antes de cabecear un centro de Miranda para marcar su primer gol como bético. Se apagó tras el paso por vestuarios y en la segunda mitad se le vio poco.
Liberado en esa posición de mediapunta, participaba constantemente, intentaba filtrar pases sin descanso y llegaba con facilidad a línea de disparo. Lo intentó tres veces desde lejos, topándose con buenas paradas de Padt, antes de aprovechar un rechace para batirle por fin y hacer el 3-1.
Estaba siendo el más apagado de los tres de la segunda línea hasta que en el 39' recibió un pase corto de Miranda en el vértice izquierdo del área, se giró y la puso en la escuadra para hacer el momentáneo 2-0. Otro récord más: el del goleador más veterano en la historia de la Europa League con 41 años y 56 días. S
Trabajo, trabajo y más trabajo. El hispano-brasileño se desfondó en la presión y el trabajo posicional. Seguro en la entrega, participativo en fase de creación y gigantesco cuando controla de espaldas, se fue sin poner a prueba al portero.
Apostó por seguir fiel al sistema de rotaciones extremas e hizo ocho cambios con respecto al domingo pasado. Salió bien, porque de entrada su equipo dominaba, ganaba 2-0 y apenas sufría. El 2-1 metió al Ludogorets en el partido y demostró que no se rendiría. El chileno se vio obligado a tirar demasiado pronto de Guido -y luego también de otros titulares como Álex Moreno, Pezzella o Carvalho-, para intentar recuperar el control perdido. Logró el 3-1, pero volvió a relajarse y lo pagó.
Casi marca a diez del final tras llevarse a trompicones un balón cedido por Ruibal. Dio empaque a la zona ancha del Betis, aunque sin llegar a echar el cerrojo.
Su misión era asociarse y recuperar la fluidez de la primera media hora, pero pese a intentarlo, no tuvo continuidad en sus contadas apariciones.
Nada más entrar por problemas físicos de Luiz Felipe, salió en la foto del 3-2, ya que tardó en salir a taponar el disparo de Rick.
Se situó por delante de Miranda, como extremo zurdo, para intentar cerrar ese costado en los últimos cinco minutos.
Supo retener el balón en los últimos minutos, justo lo que le pedía Pellegrini cuando entró por Canales en el 85'.