Athletic
Betis
Se supone que en la sala VOR están para ayudar a los árbitros principales, a los que pueden escapársele detalles que, con las cámaras de televisión y la tecnología, quedan al descubierto. Lo ideal es evitar errores flagrantes de apreciación, tanto en penaltis como en goles anulados o que no debieron subir al marcador por una infracción previa. Una de las especialidades del videoarbitraje está en los fueras de juego, si bien, a estas alturas de la película, las líneas las siguen trazando a mano los colegiados designados para analizar los encuentros en Las Rozas, no un sistema semiautomático descartado por su carestía que solucionaría muchos de los fallos, algunos de los cuales parecen propios de la mala intención, aunque se deban a la impericia de sus autores.
El 1-2 del Athletic este domingo ante el Real Betis vino precedido por dos momentos cuestionables. Primero, hasta el comentarista de DAZN de pasado rojiblanco Gaizka Toquero admitía en la primera repetición que le parecía que Nico Williams estaba más adelantado cuando recibió el pase de su hermano. Luego, se pudo ver que Rui Silva se encoge y retira sus brazos, pero que el menor de la saga deja descaradamente su pierna izquierda para provocar el contacto, mínimo si llegó a existir. El paso de los minutos en la consulta del pinganillo de Soto Grado hizo temerse a los verdiblancos lo peor, pues el apartado inicial de la jugada invalidaría cualquier desarrollo posterior, pero no.
Al menos, Del Cerro Grande tuvo el acierto de instar al riojano a que lo revisara en el monitor al no apreciar derribo del portugués al extremo zurdo, pero el VAR deparó luego una captura sospechosísima en la que el tobillo izquierdo de Pezzella teóricamente habilitaba a Nico. Incluso en esa toma se aprecian partes del cuerpo del atacante con las que era legal marcar (el hombro izquierdo) más cerca de la portería. A posteriori, la práctica totalidad de los perfiles en redes sociales especializados en el análisis de las decisiones del VAR coincidieron al señalar que había fuera de juego del pequeño de los Williams, dibujando bien las líneas, habituales en programas de diseño gráfico y arquitectónico. Con una base científica poco cuestionable.
Natxo Tellado, Fran Martínez y 'Football Offsides', entre otros, dan la razón a quienes denuncian la brocha gorda de los árbitros una temporada más. Ante los medios, Isco señaló el error y Manuel Pellegrini se lamentó de que la insistencia de San Mamés y el orgullo de Soto, con la pésima asistencia de Del Cerro, costaran a los heliopolitanos encajar el primer gol. El censurable paso atrás después del 0-2 tiene gran parte de culpa, claro, aunque eso no quita que la ayudita de los árbitros, que sí vieron el claro fuera de juego de Iñaki Williams en un tanto anulado y el pisotón de Guido a Nico en el segundo penalti, ambos bien señalados, encauzara la remontada rojiblanca.