Las instantáneas de una cita en la que al Betis, sin Joaquín, tampoco se le 'aPraga' la luz

Tarde-noche de sensaciones contrapuestas en Heliópolis, donde no se pudo comenzar peor ni acabar mejor en el estreno europeo en casa de la temporada. El Sparta asestó un golpe al mentón en la primera que tuvo, contestó el Real Betis por medio del enrachado Assane y remató la faena Isco ya cuando el partido languidecía, con indultos de unos y otros entre medias. Se echó de menos a Joaquín, habitual en la UEL durante sus últimos meses como verdiblanco. Y también por aquella broma en redes sociales que tan mal sentó en la otra orilla del Guadalquivir, aprovechando una eliminación continental del eterno rival ante el también eterno rival de los checos, el Slavia. En esta ocasión, sin el 'Eterno 17', los de Pellegrini pueden presumir, parafraseando al genia portuense, de que tampoco se les 'aPraga' la luz.

Ocurre que el costasoleño logró la remontada y que variara la racha bética, tras el 1-0 en Glasgow, para que todo siga igual, pero mejor (parafraseando ahora a Mariano Rajoy) en el Grupo C. Porque los hispalenses siguen colistas y los centroeuropeos, líderes, aunque ya con los cuatro empatados a tres puntos y el balance de goles igualado, tras ganar y perder por la mínima un partido. El Aris Limassol tumbó al Rangers, que ha echado a su entrenador pero de poco le ha servido, demostrando que habrá que sudar tinta para ser primero en este cuarteto tan parejo. Ganar los de casa se antoja fundamental, aunque deberá 'rascar' algo a domicilio el que quiera el premio gordo de meterse directamente en octavos de final.

La felicidad sigue sin instalarse en la cara de Borja Iglesias, que ha pasado de 'partirse' incluso tras los fallos a exhibir una mueca desencajada. Se ríe, pero no sonríe, para entendernos. La ovación ante el Valencia CF tras el gol anulado no fue tan rotunda este jueves al ser sustituido. El 'Panda' salió por una zona poco convencional y se recorrió todo el Gol Norte y la banda de Preferencia cabizbajo, consciente de que debe ganarse a su público con acierto. La ansiedad le domina, le hace jugarse disparos inverosímiles como el de los primeros minutos a las nubes desde muy lejos. Luego, un rival le bloqueó a bocajarro cuando acariciaba el 2-1. No le sale casi nada, aunque el gallego trata de resignarse aportando otras cosas: desmarques, apoyos, ayudas, centros peligrosos. El final del túnel está más cerca.