"El mercado de fichajes es sólo una de las muchas tareas que tiene un director deportivo", recordaba el pasado jueves desde el césped de Mestalla un Antonio Cordón que señalaba al que a su juicio debe ser "el fichaje número uno del Betis en enero". No obstante, hay muchas más gestiones sobre la mesa del director deportivo heliopolitana, entre ellas, las negociaciones para renovar el contrato del mediocentro defensivo Paul Akouokou.
En este sentido, en las últimas semanas han ido saliendo noticias que informaban de que las posturas entre el Betis y Paul, poco a poco, van aproximándose. Sin embargo, según ha podido saber ESTADIO Deportivo, sigue habiendo algunas diferencias que ambas partes señalan como salvables pero que de momento mantienen en 'stand by' la cordial negociación para ampliar una vinculación que a día de hoy expiraría el 30 de junio de 2024.
Sería recurrente y demasiado sencillo pensar en que la problemática -si es que se puede adjetivar así- es el dinero, pues la gran mayoría de trabas de una negociación suele esconder discusiones monetarias. No es el caso de Paul, a quien obviamente le gustaría ver mejoradas sus condiciones pero su principal preocupación, a día de hoy, está en el plano estrictamente deportivo.
El internacional marfileño ya estuvo muy cerca de salir el pasado verano y, de alguna forma, condicionó su hoja de ruta a lo que sucediese con Guido Rodríguez. Paul entendía que la continuidad del pivote argentino le condenaba a vivir en el ostracismo por tercera temporada seguida. Al final, las ofertas por el mundialista -pieza esencial para Pellegrini- no convencían ni al jugador ni al club y al club y optaron por cerrar definitivamente la puerta de salida del Betis.
Esa decisión definitiva llegó ya demasiado tarde para un Paul que esperó hasta el final. Tenía opciones interesantes de cesión en LaLiga y en algunos de los principales campeonatos de Europa, pero salir a préstamo en su penúltima temporada no era contemplado por el Betis, a quien no convencían las propuestas de traspaso que recibió al considerarlas muy bajas y ofreció una primera oferta de renovación que no convenció al mediocentro marfileño.
Manuel Pellegrini, que siempre ha confiado y elogiado las características de Paul, convenció al africano de seguir en Heliópolis. No le podía prometer la titularidad porque ahí está Guido, pero sí un poco más de continuidad y eso lo está cumpliendo. El canterano jugó 639 minutos en 13 partidos en la 20/21, sumó 755' en 11 encuentros de la 21/22 y en este primer tercio de la 22/23 ya suma casi lo mismo: 594' en 11 choques entre LaLiga y la Europa League.
Además, Paul comienza a coger el poso de la experiencia de estos dos años y medio en la élite. Se sigue colocando igual de bien, pero además mide mucho mejor su ímpetu, ve menos tarjetas, arriesga menos con el balón y ha progresado mucho en la toma de decisiones. Todo ello, y la opinión siempre positiva de Pellegrini han llevado al Betis a hacerle una segunda oferta de renovación que está mucho más cerca de convencerle.
No obstante, hay una situación que le genera dudas. Ahora mismo está en una línea ascendente en su rendimiento, con el cartel de internacional absoluto y después de pulsar que gusta a muchos clubes de LaLiga y del extranjero, con sólo 24 años... ese añito y medio que le queda de contrato le otorga buena parte del mango de la sartén a la hora de planear y sobre todo de decidir casi unilateralmente su futuro.
Si apuesta por renovar con el Betis y sigue contando cada vez más, perfecto; pero si amplía el contrato y luego vuelve a desaparecer de las alineaciones... Entonces habrá entregado todo el mango y su futuro a corto plazo estará hipotecado. Ahí es donde reside la duda de Paul y unas diferencias que tanto el club como el futbolista africano coinciden en señalar que son del todo salvables.