Isco Alarcón ha pasado este viernes por el quirófano por segunda vez en tres meses y medio, ya que el 20 de mayo pasado lo hacía para corregir la fractura diafisaria del peroné izquierdo que se produjo por una entrada fortuita del ex de la UD Las Palmas Saúl Coco, que dejó al Real Betis sin su mejor jugador en las dos últimas jornadas de LaLiga 23/24 y a él sin el merecido premio de la Eurocopa de Alemania. Después de un periodo de avances y retrocesos, las sensaciones no eran las mejores, por lo que esta semana se decidía volver a abrir para apuntalar la zona dañada y decantar definitivamente en el sentido positivo la curación. El malagueño ha sido revisado quirúrgicamente en Madrid por el Doctor Manuel Leyes en colaboración con sus homólogos Muela y Montilla (del equipo traumatología del club). "Se ha realizado una limpieza del foco de fractura, reforzada mediante injerto óseo y recolocación de osteosintesis con placa", explican los verdiblancos en un comunicado.
Ahora, como informó el jefe de los servicios médicos de la institución de La Palmera, el mediapunta necesitará una fase inicial (de entre seis y ocho semanas) sin impacto para, posteriormente, realizar la fase de readaptación. Este 6 de septiembre se pone de nuevo el contador a cero, aunque, visto lo visto, nadie se marca plazos para el retorno de Isco, que estará ya como mínimo siete meses en el dique seco. El experto de cabecera de ESTADIO Deportivo, Juan José López Martínez, a la sazón médico personal del tenista Carlos Alcaraz, ya adelantaba que "las reoperaciones suelen ir más lentas", por lo que el proceso podría estar ahora más cerca de los cuatro meses que de los tres, lo que fijaría a principios de 2025 la hipotética reaparición del ex de Real Madrid, Málaga CF y Valencia Mestalla. Una baja de envergadura para Manuel Pellegrini, de momento en la lista A para la liguilla de la Conference League y la mitad de este curso 24/25.
Necesitará el de Arroyo de la Miel un nuevo ejercicio de resiliencia, de la que hizo gala para reinventarse tras unos últimos años de ostracismo en Chamartín, un paso fugaz y tormentoso por el Sevilla FC (con pelea incluida con Monchi que habría derivado en el plano físico) y una fase en paro más larga de lo esperado, rechazado propuestas muy jugosas de Oriente Medio. Luego, la llamada del 'Ingeniero', el guiño de Joaquín Sánchez y un gran aterrizaje en el Real Betis, con renovación exprés y galones. Tocan de nuevo semanas de soledad y silencio, más luego otras de trabajo individual, para el que Isco recurrirá otra vez a sus entrenadores personales. Sin pasarse de rosca, porque arriesgar no entra en el diccionario para este segundo asalto a la felicidad en verdiblanco.