Un infiltrado en el Sant Andreu: "El Betis es algo más que fútbol"

"Es el único tatuaje que llevo", confiesa Iván Pérez, entrenador de porteros del Sant Andreu, bético "desde muy pequeño" e hijo del fundador y presidente de la Peña Bética de Olesa de Montserrat

Un infiltrado en el Sant Andreu: "El Betis es algo más que fútbol"
El preparador de porteros catalán no oculta su pasión por los verdiblancos. - IG
Villa GómezVilla Gómez6 min lectura

La Unió Esportiva Sant Andreu, club de la Segunda Federación, vivirá este miércoles "una experiencia única" y una noche "imborrable" con el partido de la segunda ronda de la Copa del Rey ante el Real Betis, según Iván Pérez (Barcelona, 1990), entrenador de porteros del equipo catalán y aficionado del cuadro andaluz "desde muy pequeño". No en vano, lleva la doble 'B' del escudo marcada en la muñeca derecha. "Es el único tatuaje que llevo. Eso indica un poco lo especial que es ser bético. El Betis es algo más que fútbol", destaca a las puertas de un partido "muy especial" a nivel familiar, "un sueño": su familia paterna es sevillana y verdiblanca, y parte de su familia materna es del barrio barcelonés de Sant Andreu, repleto de toldos verdes que ilustran a la perfección su carácter obrero. "Mañana se me junta todo", sonríe, orgulloso de sus "raíces andaluzas", mientras en el bar del estadio terminan de montar barras. El material del entreno reposa en carros 'prestados' del Mercadona.

Su abuela y su bisabuela vivían en un piso de la calle Santa Coloma, la del estadio 'cuatribarrado', el Narcís Sala. "Siempre explicaban historias de antaño, de cuando veían los partidos desde su casa y de cuando los árbitros se tenían que ir corriendo cruzando el patio de su casa", señala en una entrevista para la Agencia Efe. El Sant Andreu jugó once temporadas en Segunda división: de la 1950/1951 a la 1952/1953 y de la 1969/1970 a la 1976/1977. En aquella segunda etapa jugó ocho encuentros oficiales contra el Real Betis, entre enero de 1970 y enero de 1974, con una victoria, cuatro empates y tres derrotas. El de este miércoles será el noveno y el estadio, inaugurado en 1970, presentará un lleno absoluto, con 6.500 aficionados. En la grada estará el padre de Pérez, que, como tantos otros, llegó de Andalucía a Barcelona en los 60 y 70 junto a su familia para buscar un futuro. Creó la Peña Bética de Olesa de Montserrat (donde nació Raúl García de Haro) y hoy sigue siendo su presidente.

"Tendrá el corazón dividido. Él ganará pase lo que pase. Yo sufriré un poquito más, pero él seguro que gana. Yo tengo muy claro que quiero que gane el Sant Andreu", enfatiza el entrenador de porteros. Él fue secretario y es uno de los socios fundadores de la citada agrupación. "El Betis me hace pensar en mi familia y siempre me hará pensar en mi padre", reconoce. Quiere una victoria por 3-1. Habla con frecuencia con Toni Doblas, su homólogo en el Betis, y ya le ha pedido una foto que irá directa a su despacho, ya que lo ha considerado siempre un "ejemplo que seguir", aunque nunca fue mucho de ídolos. "Un día estábamos hablando con un jugador y mi padre; al final, el jugador preguntó si queríamos una foto. '¿La quieres tú conmigo? El que es del Betis soy yo', le dijo mi padre de broma. La afición es la que es realmente el Betis", comenta.

También admite que el Sant Andreu intenta vivir estos días "con normalidad, pero es complicado, porque "al final estás más acelerado de lo normal", y reconoce que el Betis era "el favorito" y el "deseado" del vestuario en el sorteo de esta segunda ronda, por delante del Atlético de Madrid. Porque el Sant Andreu ya se enfrentó al Atlético en 2013 y de nuevo en 2018. Pérez señala "el calibre" del rival, pero reivindica que jugarán "de tú a tú", "sin pensar que ellos son favoritos" e intentarán sacar petróleo del "momento complicado" del Betis. Asimismo, destaca que el equipo catalán tiene "opciones" de pasar de eliminatoria en la Copa. En la primera ronda ya sorprendió al Mirandés (2-1), club de LaLiga Hypermotion, y está a un paso de las plazas de 'play off' de ascenso a la Primera RFEF. Ya lo jugó el curso pasado. Pérez apunta al "auge increíble" de un club que está creciendo mucho a nivel deportivo y a nivel social, con más de 4.000 socios por primera vez en años, y cuenta las horas para vivir un día "único". En la muñeca derecha lleva tatuado el escudo del Betis y en la muñeca izquierda tiene el reloj. Cuenta los segundos para las 21:00 horas del miércoles, como todo el barrio de Sant Andreu.