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Ayer y hoy del Real Betis Balompié

Alineación del Sevilla Balompie
Alineación del Sevilla Balompie

Los orígenes del Real Betis hay que buscarlos en 1907, cuando un grupo de estudiantes de la Escuela Politécnica, situada en la calle Cervantes, que cursaban estudios preparatorios para la carrera militar y para medicina fundó el Sevilla Balompié. Curiosamente, este nombre fue adoptado meses después de su nacimiento, ya que inicialmente el equipo se denominó 'España Balompié'. Sin embargo, la necesidad de vincular al club con la capital hispalense motivó el cambio de nombre, pero no el de los colores de su indumentaria (camiseta azul y pantalón blanco).

Así las cosas, esta institución quedó registrada en el Gobierno Civil el 1 de febrero de 1909 y pronto comenzó a cosechar éxitos. Entre 1910 y 1915, fue campeón en cinco ocasiones de la Copa de Sevilla, participando en la primera edición de la Copa de Andalucía (en 1910) y llegando a ser invitado a la Copa de España, a la que no pudo acudir por problemas económicos.

Paralelamente, en 1909 nació el Betis Foot-ball Club a partir de una escisión en la directiva del Sevilla Foot-ball Club. Meses después, en febrero de 1910, este nuevo equipo jugaría su primer partido, desarrollando a partir de entonces una actividad que cesó en 1913, cuando se disolvió. Sólo un año más tarde, el club volvió a reorganizarse, recibiendo el título de 'Real' por parte de Alfonso XIII el 14 de agosto de 1914. La viabilidad de la entidad continuaba en entredicho, todo lo contrario que la del Balompié, que seguía dominando en los torneos locales. Quizás por ello, ambos clubes comenzaron a gestionar su fusión en diciembre de ese mismo año, cuando las dos directivas aprobaron la medida (el día 6 el Sevilla Balompié y el 8 el Betis F. C.), que se llevaría finalmente a la práctica en torno al 20 de ese mes. Así, el 27, el hipódromo de Tablada asistió al debut del nuevo club, que cayó derrotado por 1-3 ante el Recreativo de Huelva.

Nace así el Real Betis Balompié, con Herber Richard "Papa" Jones como presidente y unos primeros estatutos aprobados en agosto de 1915

Nace así el Real Betis Balompié, con Herber Richard 'Papa' Jones como presidente y cuyos primeros estatutos serían aprobados en agosto de 1915 por el Gobernador de Sevilla, Severo Núñez. Una absorción en toda regla por parte del Sevilla Balompié, que aportó su plantilla, afición, palmarés y terreno de juego (el Campo de las Tablas Verdes, estrenado en 1913 y situado en el Prado de San Sebastián) y que se completó con el título de 'Real' del Betis F. C.. Todo ello propició que a la hinchada se la denominase como 'balompedista', ya que no sería bautizada como 'bética' hasta la década de los treinta.

Los primeros años del Real Betis no fueron fáciles. El profesionalismo encubierto, por el cual los futbolistas recibían indirectamente compensaciones por jugar, hizo muchísimo daño al club, que no tenía recursos económicos para renovar su plantilla o retener a sus mejores hombres. Pese a ello, el equipo seguía dando la cara en el campo, llegando a ser subcampeón de Andalucía en tres ocasiones. Además, en 1918 se estrenó el estadio del Patronato Obrero, que junto a los colores azul pavo real y blanco terminaban de conformar las señas de identidad del club, que a partir de 1920 empezó a coquetear con las camisetas verdiblancas (el germen de esa costumbre fue un viaje de Antonio Ramos Asensio a Glasgow, donde quedó prendado de las elásticas del Celtic, decidiendo que las rayas debían ser verticales y no horizontales).

El retorno en 1924 de varios de los fundadores del Sevilla Balompié, ahora como directivos, consiguió arreglar la situación. El Real Betis se hizo con la Copa Spencer en 1926 y dos años más tarde, en 1928, por fin conquistó el Campeonato de Andalucía. Precisamente entonces arrancó la Liga, donde, tras caer eliminado en el 'play off' por la última plaza de la Primera división, el equipo arrancó en Segunda, debutando el 17 de febrero en El Molinón ante el Sporting (6-2).

En los años 30, el Real Betis vive su particular década prodigiosa, cosechando éxitos sin solución de continuidad.

1930-1947: De la cima a la sima

En los años 30, el Real Betis vive su particular década prodigiosa, cosechando éxitos sin solución de continuidad. El primero, en el 21 de junio de 1931, cuando, sin haber debutado aún en la elite y despojado de su título de 'Real' (la II República se había proclamado el 14 de abril, suprimiendo cualquier alusión a la corona), el equipo se plantó en la final de la Copa de España, donde cayó por 3-1 ante el Athletic de Bilbao. Diez meses más tarde, el 3 de abril de 1932, el Real Betis se proclamaría campeón de Segunda, obteniendo con ello el ascenso a la máxima categoría, siendo el primer conjunto andaluz en conseguirlo. Y la fiesta no acabaría ahí.

El Betis se proclama campeón del torneo de Liga
El Betis se proclama campeón del torneo de Liga

Tras consolidarse en Primera, el 28 de abril de 1935 el Real Betis se proclamaría campeón de Liga por primera y única vez en su historia, tras vencer por 0-5 al Racing de Santander en El Sardinero. Un éxito que llegó en el último día de la Feria de Abril, que fue celebrado por todo lo alto y que se logró gracias a un equipo dirigido por el irlandés Patrick O'Connell y compuesto por Urquiaga, Areso, Aedo, Peral, Gómez, Larrinoa, Adolfo, Lecue, Unamuno, Timimi, Saro, Caballero, Rancel, Valera y Espinosa.

Sin embargo, las cosas volvieron a complicarse a partir de ahí. El entrenador se marchó al Barcelona, la plantilla quedó rápidamente desmantelada, aparecieron problemas económicos y, para colmo, el estallido de la Guerra Civil complicó todo aún más si cabe. Tanto es así que sólo Peral, Valera y Saro permanecieron en el equipo, que regresó a la competición en la campaña 39/40, bajando a Segunda justo el día del quinto aniversario de su título de Liga.

Dos años más tarde, el Real Betis regresó a Primera, pero volvió a despedirse de la máxima categoría en 1943, iniciando una cuesta abajo que cristalizó el 13 de abril de 1947 en el descenso a Tercera división. Caprichos del destino, el escenario de aquella debacle fue el estadio de El Sardinero, donde el equipo había pasado en apenas doce años de la cima a la sima.

Equipo campeón de Liga
Equipo campeón de Liga

1947-1958: Se forja la leyenda del "Manquepierda"

El desastre de aquel descenso a Tercera provocó una auténtica catarsis para el Real Betis. De hecho, durante los siete años que permaneció en la Categoría de Bronce se forjó una relación de amor incondicional entre el club y sus aficionados, basada en el grito de '¡Viva er Beti manquepierda!'. Una forma diferente y única de enfrentarse a la adversidad e intentar superarla, de pelear contra los elementos en busca de un éxito que raras veces aparecía, pero que siempre se creyó posible y que, tras mil y una batallas, al final terminó llegando.

Siete temporadas de campos de albero, problemas económicos y amenazas de desaparición que se consiguieron dejar atrás a base de esfuerzo, tesón y muchísimo sacrificio. Fueron años de rifas, marchas verdes y una moral inquebrantable pese a que el ascenso se resistiese campaña tras campaña y a circunstancias tan complicadas como la inundación del estadio (el de Heliópolis, donde el equipo jugaba desde 1939) a consecuencia del desborde del Tamarguillo.

Celebración del ascenso a Segunda División en 1954
Celebración del ascenso a Segunda División en 1954

Una auténtica travesía por el desierto que finalizó en 1954, con un retorno a Segunda que, además, llegó con la condición de campeón de Tercera bajo el brazo, convirtiendo así al Real Betis en el primer club capaz de alzarse con títulos en las tres categorías nacionales. Un año después llegaría a la presidencia Benito Villamarín, cuyo principal objetivo desde el principio fue lograr el ascenso a Primera, que llegaría, tras muchos avatares y con un joven Luis del Sol en la plantilla, el 1 de junio de 1958, sólo un año después de las Bodas de Oro de la entidad. Fue el mejor final posible a los años del 'Manquepierda'.

1958-1976: Años llenos de claroscuros

Quince años después, el Real Betis volvió a la máxima categoría, donde amargó el estreno oficial del nuevo estadio de su eterno rival, ganando por 2-4 allí el 21 de septiembre de 1958. Un derbi que, tras tres lustros de penurias, tuvo una especial importancia para el club y su afición, que habían regresado a la elite por todo lo alto. Y así seguirían las cosas durante los siguientes años, en los que el Real Betis se hizo en propiedad con su estadio, lo modernizó con una remodelación y la instalación de luz eléctrica e, incluso, los mitos se fueron relevando rápidamente entre ellos.

Primer derbi Sevilla - Betis, que se saldó con la victoria por dos goles a cuatro de los béticos
Primer derbi Sevilla - Betis, que se saldó con la victoria por dos goles a cuatro de los béticos

Porque al adiós de Luis del Sol le siguió la irrupción en el primer equipo de Rogelio Sosa, testigo en primera persona de otra gesta del Real Betis: la primera clasificación para los torneos continentales, que llegó al final de la campaña 63/64, en la que el equipo acabó tercero, su mejor posición histórica en la máxima categoría después de aquel título de Liga de 1935.

El premio fue jugar la Copa de Ferias, donde el Stade Français abortaría la primera 'Euroaventura' del Real Betis nada más empezar. Un varapalo que sólo fue el primero de los muchos que vendrían poco después, en una época complicada en la que fallecieron Benito Villamarín y un Andrés Aranda que lo fue prácticamente todo en el club. Igualmente, el equipo se acostumbró a los cambios de categoría, descendiendo en 1966, 1968 y 1973, regresando junto a los mejores en 1967, 1971 y 1974.

Años complicados en los que, pese a todo, se comenzaron a sentar las bases de un proyecto que volvería a conseguir que el Real Betis saborease las mieles de los títulos (con fichajes de la talla de Esnaola, Cardeñosa o Biosca) y se llevó a cabo una nueva modernización del estadio, con la finalización de la tribuna de voladizo. Todo ello con José Núñez Naranjo en la presidencia, alguien que consiguió poner luz en una etapa que también registró demasiadas sombras.

Copa del Rey en el año 1977
Copa del Rey en el año 1977

1977-1992: Campeón de Copa y "EuroBetis"

Con otro mito verdiblanco como Rafael Gordillo dando sus primeras carreras por la banda izquierda del Benito Villamarín, el Real Betis volvería a tocar la gloria el 25 de junio de 1977, proclamándose campeón de la primera Copa del Rey de la democracia. Una gesta que llegó contra todo pronóstico, ante el Athletic de Bilbao y en una final agónica, donde tras empatar a dos el título se decidió en la tanda de penaltis. Allí, después de 22 lanzamientos, Esnaola se hizo eterno al parar el tiro de Iribar, escribiendo su nombre con letras de oro en la historia del club, algo que también hicieron sus compañeros Bizcocho, Biosca, Sabaté, Cobo, López, Alabanda, Cardeñosa, García Soriano, Megido, Benítez, Eulate y Del Pozo, así como el técnico Rafael Iriondo.

Equipo campeón de Copa
Equipo campeón de Copa

Como recompensa añadida, el Real Betis regresó a Europa, disputando una Recopa en la que se plantó en cuartos de final e incluso se dio el placer de eliminar al Milan. Un ciclo glorioso que, inesperadamente, acabó abruptamente con un inesperado descenso a Segunda al final de la 77/78 que obligó a tener que empezar otra vez de nuevo. Afortunadamente, sólo fue un pequeño parón para volver a tomar impulso.

En 1979 el Real Betis regresó a Primera, de donde no se iría hasta 1989, completando así su ciclo más extenso en la máxima categoría. Una década en la que el equipo disputó la Copa de la UEFA en 1982 y 1984, y rozó el título en la Copa de la Liga en 1986, dando más lustre si cabe a un periodo en el que se celebraron las Bodas de Platino de la entidad. Incluso, el Benito Villamarín fue escenario de partidos del Mundial de 1982 y de uno de los encuentros más importantes de la historia de la selección española: el 12-1 a Malta, con Hipólito Rincón (único 'Pichichi' en Primera del Real Betis, en 1983) y Rafael Gordillo en las filas de la 'Roja'.

Pero, una vez más, los problemas regresaron. Al descenso al final de la 88/89, y su posterior ascenso en la 89/90, siguió otro retorno a Segunda en la 90/91 que agravó las penurias económicas que sufría el Real Betis, que, para colmo, tenía que afrontar su reconversión en Sociedad Anónima Deportiva. Un proceso que incluía un Plan de Saneamiento en el que se exigía al club un capital social que duplicaba al de la mayoría de conjuntos de Primera y Segunda, alcanzando los 1.200 millones de pesetas.

Así, se llegó a una situación límite, en la que faltaban 680 millones por cubrirse a pocas horas de que expirase el plazo, el 30 de junio de 1992. Una situación que se solucionó 'in extremis', con Manuel Ruiz de Lopera haciéndose con el control mayoritario del club.

1992-actualidad: Fiel siempre a su idiosincrasia

Ya como Sociedad Anónima Deportiva y después de ver cómo el sueño del ascenso se desvaneció tras caer en la promoción ante el Deportivo, sólo cabía un objetivo: volver cuanto antes a la elite. Algo que no se conseguiría hasta el 8 de mayo de 1994, con un triunfo por 0-2 en El Plantío frente al Burgos. De ese modo se finiquitaba una temporada inolvidable, en la que no sólo quedó certificado el retorno a la máxima categoría, sino que también se eliminó al Barcelona del 'Dream Team' en la Copa del Rey, donde el equipo estuvo a punto de colarse en la gran final (el Zaragoza lo eliminó en semifinales).

Equipo que jugó la final de Copa del año 1997
Equipo que jugó la final de Copa del año 1997

Al año siguiente, y contra todo pronóstico, el Real Betis acabó tercero y se metió en Europa, iniciando así una nueva edad de oro que en 1997 alcanzó su punto más álgido, con una cuarta plaza liguera que bien pudo estar acompañada de un título de Copa. Desgraciadamente, el Barcelona, en la prórroga (3-2), dejó sin premio a aquel equipo con nombres tan ilustres como los de Alfonso, Finidi, Jarni, Alexis, Merino, Ríos, Cañas o Pier, entre otros.

Al adiós de Serra Ferrer en 1997, técnico artífice de este ciclo inolvidable, abrió una etapa llena de altibajos que, incluso, deparó un nuevo descenso en el año 2000. Por fortuna, una plantilla en la que irrumpieron canteranos como Capi, Varela, Arzu o Joaquín arregló las cosas subiendo durante la temporada siguiente, devolviendo al Real Betis a la máxima categoría. A este éxito siguió un meritorio sexto puesto en la 01/02 que permitió al equipo regresar a Europa.

Cañas con la copa de 2005
Cañas con la copa de 2005

Tres años más tarde, y de nuevo con Serra Ferrer en el banquillo, el Real Betis firmaría la mejor temporada de la historia. Quedaría cuarto en Liga, logrando así su pase para la previa de la Champions. Y, además, se proclamó campeón de la Copa del Rey tras ganar por 2-1 a Osasuna en la final. Dani fue el héroe aquella noche del 11 de junio de 2005, provocando un auténtico éxtasis verdiblanco del que también fueron causantes Doblas, Melli, Rivas, Lembo, Juanito, Luis Fernández, Arzu, Varela, Assunçao, Joaquín, Fernando, Edu y Oliveira.

Meses después, ante el Mónaco, llegó el pase definitivo a la Champions, donde las exigencias del 'Grupo de la Muerte' (junto a Liverpool, Chelsea y Anderlecht) pasaron factura al Real Betis, que acabó la temporada en medio de un claro divorcio entre la grada y el palco, luchando únicamente por la permanencia. Fue sólo el preludio de una nueva etapa oscura que deparó una auténtica crisis deportiva e institucional que empañó incluso la celebración del Centenario del club en 2007.

Paralelamente, se inició la causa contra Ruiz de Lopera por presunto delito societario y los bandazos del equipo acabaron con un nuevo descenso a Segunda en 2009. Como respuesta, 65.000 béticos se echaron a las calles para protestar el 15 de junio, pidiendo un cambio de rumbo en la entidad que, en cualquier caso, se resistía.

No sería hasta el verano de 2010 cuando se producirían novedades en este sentido. La jueza instructura del caso contra Ruiz de Lopera, Mercedes Alaya, anuló la venta del paquete accionarial mayoritario a Bitton Sport, retirando los derechos políticos sobre el mismo al empresario de El Fontanal. Igualmente, Rafael Gordillo, Juan Manuel Gómez Porrúa (sustituido a su fallecimiento por José Antonio Bosch) y Luis Carlos Ruiz de Huidobro actuaron como interventores judiciales de esos títulos en primera instancia, accediendo el primero de ellos a la presidencia en diciembre.

Entre tanto, el Real Betis caminaba con paso firme hacia la Primera división, a la que regresaría en mayo de 2011, iniciando un nuevo periodo de crecimiento que en 2013 llevó al equipo de nuevo a Europa. Sin embargo, la campaña 13/14 acabó siendo un auténtico fracaso saldado con tan sólo 25 puntos que depararon el descenso a Segunda más sonrojante que se recuerda en Heliópolis. Entre medias, Miki Roqué tuvo que batallar contra un cáncer que acabó llevándoselo al 'Cuarto Anillo' del Villamarín, convirtiéndolo en un auténtico mito verdiblanco.

Como consecuencia, el Real Betis se vio obligado a volver a pelear por subir a la máxima categoría, algo que conseguiría el 24 de mayo de 2015, gracias, en gran medida, a los goles de Rubén Castro (su máximo artillero histórico) y Jorge Molina, quienes conforman la delantera más productiva de cuantas han pasado por La Palmera.

Ahora, de nuevo en Primera y con un proyecto que busca colocar por fin al Real Betis a la altura de su afición, el club vive sus particulares Bodas de Oro en la máxima categoría, dispuesto a seguir escribiendo su historia con tinta indeleble y, por supuesto, verdiblanca.

El equipo celebra el ascenso a Primera en 2015
El equipo celebra el ascenso a Primera en 2015