El futuro de Guido Rodríguez continúa sin definirse a ocho meses de quedar libre y sólo dos de poder comprometerse con quien desee a coste cero, con una jugosa prima de fichaje seguramente, además con luz y taquígrafos. No lo hará, porque el de Sáenz Peña ha demostrado desde su aterrizaje en el Real Betis que es una persona formal, que tiene palabra y que es agradecido. Lleva un par de veranos rechazando propuestas mareantes para él en lo económico, especialmente de la Premier League y, este último, también del Lyon, en gran parte porque no le ilusionaban deportivamente. También por lo a gusto que se siente en Sevilla con su familia, a punto de aumentar, y donde es querido y valorado. Apostó hace año y medio por crecer a la par que el club verdiblanco, pero, en la que es por el momento su última temporada de contrato, se lo está pensando mucho.
Es lícito aspirar a dar un salto en su carrera a sus 29 años y, con 28 millones de euros de tasación en el mercado, no le faltarán pretendientes. Como el 90% de los argentinos, jugar en el equipo que encumbró a Messi es un sueño, que sería mayor de haber podido coincidir de azulgrana con Leo, aunque es de los pocos clubes que le hacen sonreír y levantar la mirada. En la órbita culé durante varias ventanas de transferencias, los astros podrían alinearse al fin en enero de 2024, con Ramón Planes obligado a escuchar y Ángel Haro, a rebajar sus pretensiones para 'rascar' algo por su pase. La otra opción, ni mucho menos descartada, es renovar por dos o tres años, asegurándose alguna vía de escape como la que tenía William Carvalho a principios de verano por mucho menos de los 80 kilos de su cláusula. Y, obviamente, con una subida salarial que le coloque, si no en el primero, sí en el segundo escalón de la plantilla.
El FC Barcelona echa cuentas y en La Palmera tiemblan, porque la deuda catalana es ingente y su desfase en el LCPD precisaría de salidas o 'palancas' que no se contemplan. Explica este viernes 'Sport' que cada vez son más en la Ciudad Condal los que apuestan por posponer el aterrizaje de Vitor Roque seis meses, habida cuenta de que ya hay cinco atacantes para tres plazas y que habría que enjugar 13-14 millones en el 'Fair Play Financiero' que impone LaLiga. La prioridad para Deco y Xavi es contratar un pivote específico que ayude y dé relevos al único que hay, Oriol Romeu, pues se prevé necesaria esa rotación a la hora de enfocar las eliminatorias de Champions League. Con De Jong lesionado y más dotado, como Gavi, Gündogan o Fermín, para ser interior, toca buscar un elemento defensivo y posicional bueno, bonito y, sobre todo, barato. El objetivo es conseguir una cesión o, como mal menor, gastar muy poco en el traspaso, sin hipotecarse a muchos años.
Este escenario, con el Barça apretando y Guido dejándose querer, preocupa sobremanera en Heliópolis, donde no logran blindar a uno de sus bastiones y se verían, además, moralmente obligados a dejarle ir a precio módico. Con las espaldas cubiertas con los ya militantes Marc Roca, Guardado y Altimira, más el atado Johnny Cardoso listo para desembarcar a mitad de la 23/24 si fuese necesario, el panorama se llena de indicios que apuntan hacia una dirección que tiene al beticismo con las 'carnes abiertas'. Para colmo, el italo-argentino compartía este 3 de noviembre una 'story' en su perfil de Instagram, donde suele ser tan comedido como en sus comparecencias públicas, que da pie a muchas interpretaciones, pero que habla bien a las claras de su ambición. "La vida es esto (señalando a ras). A mí me gusta esto otro (elevando la mano por encima de la cabeza)", dice Harvey Specter, el personaje que interpreta Gabriel Macht en la afamada serie 'Suits'. Pues eso. Que quiere más. ¿En el Betis o fuera? Ésa es la pregunta del millón.