En los casi cuatro años y medio que lleva como entrenador del Real Betis, prácticamente nunca ha estado en entredicho, aunque tampoco ha sido un camino de rosas para Manuel Pellegrini. Perder dos partidos seguidos, entre ellos El Gran Derbi, y no ver puerta en ninguno de ellos supone una base razonable para que se reabra un debate con muy pocos precedentes desde 2020, tesitura que, con el largo parón de selecciones como coartada, algunos han aprovechado para lanzarse a por el chileno. Tampoco ayudó su adiós programado en dirección a su país por motivos familiares, los que ya le obligaron a ausentarse unos días de sus funciones hace meses y que, insisten desde la planta noble del Benito Villamarín, cuentan con una justificación sobrada e incuestionable. Su regreso este lunes debe iniciar una terapia grupal de choque para que la crisis se zanje cuanto antes, mejor el sábado en Pamplona que ante Copenhague o Atlético de Madrid.
La aparente división respecto a su figura en redes sociales, foros y 'spaces' no existe dentro del club. Siempre ha habido voces críticas, sobre todo con determinadas decisiones (dejar a Chadi Riad fuera de la lista UEFA el año pasado y meter a Luiz Felipe, pese a que se le dijo que iba a ser vendido, censurar públicamente decisiones del consejo en clave deportiva, no dar prioridad a Europa, su incapacidad para ganar derbis...), pero los resultados han respaldado de forma abrumadora al 'Ingeniero', único en la historia que, aparte de reabrir las vitrinas 17 años después para meter una Copa del Rey, ha clasificado a los verdiblancos cuatro veces seguidas para competiciones continentales. Se valora, además, la conciencia institucional (ha ido asumiendo las limitaciones económicas) y el compromiso con la entidad (rechazó varias propuestas multimillonarias, entre ellas del Everton y de Arabia Saudí), por lo que se le premió con una ampliación de contrato y dos subidas salariales que no solicitó.
La inmensa mayoría de los mandatarios béticos y, por encima de todos, los que tienen un poder ejecutivo 'de facto' (Ángel Haro, José Miguel López Catalán y Ramón Alarcón) confían plenamente en Manuel Pellegrini; ni se les pasa por la cabeza cuestionarle, mostrándose en público y también en privado convencidos de que será capaz de reconducir la nave, como tantas veces antes. El propio míster suramericano ha asumido 'sotto voce' algunos errores y, por encima de todo, es consciente de qué teclas debe tocar. Por supuesto, como cualquiera en esta profesión, si pierde cinco o seis partidos seguidos puede ir a la calle perfectamente, aunque en estos momentos no está sobre la mesa ni siquiera la búsqueda de un sustituto o el simple sondeo de alternativas, lógico en cualquier secretaría técnica. De lo que sí dudan ambas partes, según ha podido saber ESTADIO Deportivo, es de que vaya a cumplir su contrato, que expira en 2026.
¿Un adiós amistoso el próximo verano? A día de hoy, no está claro, aunque, si así fuera, desde el entorno del 'Ingeniero' aclaran que sería comunicado en tiempo y forma, sin dejar jamás tirado a un equipo que quiere mucho. Queda bastante para eso y, aunque el cansancio y el lógico desgaste de las relaciones internas tendría bastante que ver en la decisión, una despedida tendría que estar condicionada por el fracaso a la hora de cumplir los objetivos. El trato y el 'feeling' con el resto de la comisión deportiva, incluido un Manu Fajardo con el que ha entablado una incipiente amistad, es exquisito. Tanto el Real Betis como Manuel Pellegrini andan en estos momentos concentrados en salir de este bache, porque les parece grande la consideración de crisis. Y no están pensando en romper un vínculo difícil de igualar con otros protagonistas en la ecuación.