El pasado 19 de octubre, el Real Betis visitó El Sadar para medirse a Osasuna, logrando una valiosa victoria por 1-2 que hizo olvidar otra pequeña racha de resultados adversos previos al parón de aquel mes, con las derrotas ante el Legia de Varsovia en la Conference League y en El Gran Derbi ante el eterno rival. Pero el duelo en el feudo navarro, declarado en la previa de alto riesgo, trajo consigo unos desagradables incidentes que aún colean.
El principal protagonista fue el 'Chimy' Ávila, que regresaba a la que fue su casa y fue recibido con pitos e insultos, teniendo que escuchar cánticos en los que le deseaban literalmente la muerte. Una ira que se incrementó después de que fuese él mismo quien anotase el gol de la victoria, a lo que respondió con una celebración que no gustó nada a su antigua afición.
"Saben el cariño y el amor que tengo por esta afición, ha sido una mezcla de sensaciones. Estoy desilusionado por los pitidos y los insultos, pero les entiendo. No guardo rencor. Es fútbol. Es el oficio del futbolista. Me partió el corazón el aullido de muérete cuando uno tiene los hijos en la grada. Si la gente se tomó como celebración pido perdón, pero que me reciban en el estadio así... Yo venía con ilusión toda la semana, inculcando a mis hijas que a papá le iban a aplaudir, pero salieron así las cosas", señaló el argentino.
De todo ello, LaLiga tomó nota y remitió un escrito de denuncia al Comité de Competición de la RFEF y a la Comisión Antiviolencia, que ha dado un paso más tras la reunión celebrada este pasado lunes en la sede del Consejo Superior de Deportes. En ella se acordaron diferentes propuestas de sanción, entre ellas a tres aficionados de Osasuna con motivo del mencionado partido, donde también hubo insultos a Betis y otros incidentes ahora castigados.
Así, el citado organismo ha formalizado una "propuesta de sanción de 4.000 euros y prohibición de acceso a los recintos deportivos por un periodo de 12 meses a un aficionado que, situado en la grada sur baja, arrojó líquido contra un jugador visitante". En concreto, el damnificado fue Vitor Roque, que vio cómo un aficionado lanzó el contenido de una botella sobre él tras celebrar su gol, con el que abrió el marcador en los primeros compases del choque. Así, de hecho, quedó reflejado en el acta redactada por Muñiz Ruiz: "En el minuto 10 le arrojaron líquido al jugador nº 8 visitante desde la grada sur, donde se encontraban aficionados del club local, avisando por megafonía y no volviéndose a producir ningún incidente".
Al margen de ello, la Comisión Antiviolencia también recoge "propuestas de sanción de 4.000 euros y prohibición de acceso a los recintos deportivos por un periodo de 12 meses a dos aficionados que, tras situarse en un pasillo del vomitorio de la zona norte 2, se enfrentaron de forma violenta a los vigilantes que les indicaban que no podían permanecer en el pasillo con ocasión del encuentro".