Muchos daban por amortizado y algunos hasta por perdido a Ez Abde después de una discreta temporada de debut con el Real Betis, que invirtió hace un año 7,5 millones de euros para comprar el 50% de su pase al FC Barcelona. No terminó de 'romperla', es cierto, ni de ser indiscutible a las órdenes de Manuel Pellegrini, que prefirió en su perfil a un Ayoze Pérez que se ha marchado este verano vía cláusula al Villarreal CF. Con todo, marcó cinco goles en 36 partidos (apenas 1.500 minutos, eso sí), aunque necesitaba despabilar. El RCD Mallorca, con su mentor en Pamplona Jagoba Arrasate a los mandos, el Girona FC, que lo quería como sustituto de Savinho y le ofrecía jugar la Champions League, y el Al-Ittihad de su 'descubridor', Ramón Planes, trataron de llevárselo de Heliópolis, pero el extremo marroquí estaba convencido de reverdecer laureles y responder a la confianza. Y en ello está.
Ha heredado el de Beni Melal el '10' del tinerfeño, el dorsal de los 'jugones', y se lo está tomando en serio. Primero, derrochó compromiso al sacrificar vacaciones para ponerse enseguida a las órdenes del 'Ingeniero', que ha redoblado su voto de confianza en él. Además, se tomó el descenso con su selección (primero, al purgatorio de la sub 21; después, a la sub 23) como una oportunidad de reivindicarse y, gracias al guiño del club, capitaneó a la Marruecos que se colgó la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de París, colaborando con dos goles y tres asistencias en los seis encuentros (1+2 en el duelo por el tercer y cuarto puestos). A la vuelta, llevó al Real Betis a la liguilla de la Conference League con una ronda 'play off' espectacular, especialmente en la vuelta, con participación directísima en los tres tantos que sentenciaron al FC Kryvbas. En LaLiga, su rol ha sido más residual, aunque le tocará otro paso al frente, pues vuelve a estar con la flechita hacia arriba.
Lo demostró este viernes, cuando se consumó su regreso a la selección absoluta de su país, con la que no iba desde la Copa de África. En concreto, su último duelo databa del 30 de enero de 2024 en la derrota por 0-2 contra Sudáfrica que supuso la sorprendente eliminación de los 'Leones del Atlas' en octavos de final del torneo disputado en Costa de Marfil. El próximo, que pasará del verano de 2025 de nuevo a finales de ese año y principios de 2026 por el nuevo formato del Mundial de Clubes, se disputará precisamente en Marruecos, por lo que la anfitriona desea repetir el éxito de la anterior y conseguir su segundo título 50 años más tarde. El único en sus vitrinas data de 1976, cuando aún se llamaba 'Trofeo Abdelaziz Abdallah Salem' en homenaje al ingeniero egipcio y primer presidente de la Confederación Africana de Fútbol. Un reto para el que los de Walid Regragui ya han puesto la primera piedra.
Los magrebíes se han impuesto a Gabón (4-1) con titularidad y gran actuación de Ez Abde, que formó junto al madridista Brahim Díaz (autor del 3-1) en los costados del ataque rojiverde. Titular en su retorno, el bético hizo estragos por la banda izquierda durante los 80 minutos que le concedió su seleccionador antes de que le relevara Amine Adli. Se entendió muy bien en ese perfil con Bilal El Khannouss y con un Achraf Hakimi que ejercía a pie cambiado en el lateral, ganando muchas veces línea de fondo, imponiendo su velocidad y su cambio de ritmo (también en percusiones con diagonales por dentro) y poniendo de gol en varias ocasiones a Soufiane Rahimi, que falló un claro mano a mano. A punto de marcar un golazo de zurda justo antes de marcharse a vestuarios, inició la acción del tanto de Brahim y provocó uno de los dos penaltis que permitieron a Hakim Ziyech abrir brecha inicialmente en el electrónico.