Está siendo, literalmente, un parto. Sin llegar a 'culebrón', pues prácticamente sólo se han dado pasos adelante desde que el interés se fue materializando a finales de 2024, pero el fichaje de Antony Matheus dos Santos por el Real Betis no termina de consumarse, hasta el punto de que va a ser literalmente imposible que pueda debutar este sábado en Palma de Mallorca, como era la idea de Manuel Pellegrini. En principio, todo estaba preparado para que aterrizara en el Aeropuerto de San Pablo entre el martes y el miércoles, el jueves a lo más tardar, con el fin de que pudiese ejercitarse al menos una vez con sus nuevos compañeros y entrar en la dinámica de grupo con una citación exprés que aún no está descartada, si bien posiblemente no pueda viajar antes del viernes. Este 22-E, volvió a trabajar con el Manchester United, como exhibieron las diferentes cuentas con acceso a los entrenamientos, que incluyó al apartado Marcus Rashford, por el que suspira el FC Barcelona.
Por una parte, el técnico mancuniano, Rúben Amorim, está ganando tiempo para que lleguen los refuerzos, pues se va a quedar sin tres de sus extremos de una tacada (el citado internacional inglés, un Alejandro Garnacho con pie y medio en el Nápoles y el brasileño) sin que se concrete el fichaje de su prioridad, pues el Lecce ha rechazado la última oferta por Patrick Dorgu (30 millones de euros fijos y cinco en variables) y declarado intransferible al noruego, vitola que cambiaría si los 'red devils' llegan a los 40 millones. Una vez que pase el choque de este jueves de la Europa League ante el Rangers, seguramente no habrá ya más trabas por parte del entrenador portugués, por lo que United y Betis adelantaron trabajo en la víspera, una vez solventadas, al parecer, las discrepancias económicas con los agentes del atacante, que viajaron el martes a Sevilla para preparar la logística del desplazamiento de su asesorado.
Apuntaba esta tarde el especialista en el mercado de pases Fabrizio Romano que ambas entidades intercambiaban ya documentos para visar definitivamente la operación, cuyo siguiente paso tiene que ser obligatoriamente el viaje de Antony a la capital hispalense para pasar reconocimiento y estampar su firma en el contrato que le unirá a los heliopolitanos hasta el 30 de junio de 2025, sin opción de compra por escrito, ya que las cifras se dispararían por los cien millones de euros que pagaron hace nada al Ajax y que ni de lejos han amortizado en Old Trafford. Con todo, hay un compromiso verbal de estudiar fórmulas para la continuidad del paulista si todos están de acuerdo. Lo que sí existen son incentivos pactados en el caso de que no tengo los minutos exigidos o que haya clasificación para Champions League o Europa League, así como por la conquista del título de la Conference League.