La teoría de la 'manta corta' se utiliza en fútbol para definir el desequilibrio entre defensa y ataque cuando los equipos adolecen de falta de eficiencia en una de las dos áreas por hacer hincapié en la contraria. Por ejemplo, se aplica a escuadras que son muy goleadoras, pero que encajan muchas dianas o viceversa. Como el Real Betis, que pecaba de lo primero el curso pasado, por lo que su entrenador, Manuel Pellegrini, tomó cartas en el asunto este verano para que su equipo, con el sacrificio de perder parte de su pegada, contuviese mejor los ataques del rival. Y a fe que lo consiguió, ya que, en sus seis primeros compromisos oficiales de la 22/23, llevaba un balance favorable de 10-3 en el apartado de goles. Contando sólo LaLiga, hasta la visita a Mestalla antes del parón, 17-9.
El 3-0 ante un Valencia hoy ya a la deriva supuso un punto de inflexión para los verdiblancos, que vieron cómo se les mojaba la pólvora en el campeonato de la regularidad, anotando únicamente cuatro 'chicharros' en las cinco jornadas tras el 'impasse' por Qatar 2022, pese a lo cual logró ganar en Vallecas y Getafe por la mínima, empatando con el Athletic y cayendo de igual modo en el RCDE Stadium y en casa frente al Barcelona, periodo en el que tampoco fue castigado en demasía por los delanteros contrarios (4). Una tesitura que obligó a Pellegrini a retocar sus planteamientos con el fin de hacer volver la pegada, aun a riesgo de ser menos sólidos atrás. Y, en esta ocasión mucho más rápido de los esperado por los antecedentes, el giro de ha sido de 180 grados, con el 3-4 frente al Celta como ejemplo tangible.
Debe ahora el preparador andino aplicar un nuevo giro de tuerca en Almería (este próximo sábado 11 de febrero a las 16:15 horas), si bien no todo el desequilibrio contra los gallegos debe achacarse a la recuperación del ataque base de la 21/22, con Canales acostado en la derecha de partida, Juanmi percutiendo desde la izquierda y Fekir por detrás de Borja Iglesias. El sistema de contención, con Guido Rodríguez y Guardado como cabezas visibles en el doble pivote, hizo aguas, dejando muchas vendida a una zaga en la que los laterales (Sabaly y Miranda) sufrieron, pero menos que la pareja de centrales formada por Pezzella y Luiz Felipe, casi inexpugnable en jornadas previas.
El dilema ahora para Pellegrini reside en qué piezas volver a tocar para que todo encaje mejor, contando con cuatro bajas seguras, tres de ellas muy importantes. De esta forma, William Carvalho cumplirá su segundo y último partido de sanción, al tiempo que Luiz Felipe comenzará a saldar sus cuentas con Competición, salvo milagro este miércoles con las alegaciones a su roja. Fekir cumple ciclo, mientras que Paul, recién operado de una apendicitis aguda, no podrá ser alternativa a Guido esta vez.
Con estos condicionantes, aunque acabaron en la red cuatro de los cinco primeros disparos a puerta del Celta, no parece que Rui Silva vaya a dejar su puesto bajo palos a Bravo. En los laterales, el 'Ingeniero' podría optar por dar entrada de nuevo a Aitor Ruibal y Abner Vinícius, mientras que Pezzella tendrá nuevo acompañante, previsiblemente Edgar, aunque el catalán brilló como pivote. De instalarse ahí, volvería al eje de la zaga un Víctor Ruiz que no juega desde Ibiza. Guido y Guardado parten, así, con ventaja para repetir, salvo que recurra a Canales, en principio destinado a cubrir la baja de Fekir. Luiz Henrique volverá a la derecha y Juanmi seguirá en la izquierda, por lo que puede ser una oportunidad de inicio para Joaquín o Ayoze por detrás del 'Panda'. El canario, de hecho, acabó de 'falso 9', otra alternativa válida.