Los vaivenes en la relación entre Dani Ceballos y el Real Betis han sido constantes en estos cinco años y medio. Desde que el canterano salió de Heliópolis de forma abrupta y el Real Madrid aprovechó una oportunidad de mercado que, con el paso del tiempo, pudo haber tocado techo aquí y no allí. El utrerano es un pedazo de centrocampista, pero no terminó de convencer ni a Zidane ni a Ancelotti. Tardó, quizás, demasiado tiempo en probar fuera, mostrando sus virtudes a cuentagotas en el Arsenal de un enamorado de su juego, Arteta, encontrándose luego entre la espada y la pared por culpa de una inoportuna lesión en los Juegos Olímpicos. El futbolista parece haber reflexionado. Ya sin la asesoría de Bahía Internacional, que llegó a ser 'non grata' en el Benito Villamarín, nunca dejó de lanzar guiños y tender puentes de regreso, aunque los flecos siguen tapando el horizonte.
Unas veces porque el dinero no dio para asumir su caché, otras por la firme intención merengue de recuperar los alrededor de 16,5 millones de euros invertidos en 2017 y las últimas por el cambio de prioridades en La Palmera (Bellerín, otros mediocentros), el retorno del 'hijo pródigo' nunca se ha llegado a aclarar, ni tan siquiera a verse cercano o factible. ESTADIO Deportivo ya les informaba hace unos días de que, actualmente, las distancias entre las partes (ahora que la otra dejará de importar a partir del 1 de julio de 2023, al quedar libre) han aumentado. Y eso que, en cierta forma, Haro y Catalán, que vivieron su despedida, verían con agrado su reconciliación también con la grada. Hasta Cordón está por la labor, máxime a coste cero. Pero a Pellegrini no le hace tilín. De momento. Le gustan más otros, lo que no quiere decir que Ceballos no le parezca un jugadorazo.
La decisión ni es firme ni irrecurrible. Hay más vistas por delante. Alegatos de parte y parte. El utrerano querrá mantener su estatus, incluso llevarse una prima de fichaje a la que no renuncia ningún agente libre, y el Betis emplear sus fondos de manera racional, con gente como Aouar por delante en la lista de preferencias. Lo de Dani, claro, tendría un alto valor anímico, aparte del deportivo. El caso es que, en esta tesitura, el mediocentro se resiste a desteñir de verdiblanco su futuro. Y respondió con ironía a un tuit de una cuenta de internet que aludía a la información de Radio Marca acerca de que él ha rechazado el último acercamiento heliopolitano por contar con propuestas mejores de la Premier. Una verdad a medias: el equipo de sus amores nunca estuvo en la 'pole' económica, pero sí sentimental.
Ceballos no volverá para hacerse rico aquí. Podría serlo más, incluso, fuera del Madrid. Tiene opciones en la Serie A e Inglaterra con las que se forraría. Pero está meditando seriamente el siguiente paso en su carrera. Su corazón y su cabeza le señalan al Betis, a un club en firme ascensión en el que podría ser capitán general junto a Canales y Fekir, pero no desea forzar las cosas ni tampoco 'regalarse'. En la planta noble del Benito Villamarín, claro, tienen sus dudas igualmente. Mientras tanto, el utrerano comentaba en sus redes sociales que la supuesta filtración era una forma de "desviar la atención", en clara alusión a los problemas en el eterno rival, con una junta de accionistas muy caliente en ciernes que podría cambiar la cúpula, en zona de descenso en LaLiga y eliminado de la Champions, y con los fichajes de Monchi saliendo todos o casi todos 'rana'. El último, su amigo Isco, que se ha marchado ya. El malagueño pilló de refilón también en el zasca a los medios de comunicación sevillanos.