Denilson entiende a Endrick y Vitor Roque: "Le dije a mi padre 'no vuelvo al Betis'"

Lopera propició en 1998 el fichaje más caro hasta entonces, pagando lo que ahora serían casi 32 millones de euros por un extremo brasileño al que le costó un mundo adaptarse a LaLiga

Denilson entiende a Endrick y Vitor Roque: "Le dije a mi padre 'no vuelvo al Betis'"
El 'crack' brasileño celebra un gol en Vallecas, con el checo Karhan detrás. - CORDON PRESS
Óscar MurilloÓscar Murillo 6 min lectura

Si alguien entiende por lo que ha pasado Vitor Roque en el FC Barcelona y está pasando ahora Endrick en el Real Madrid, ése es Denilson de Oliveira. Un pionero en el salto a Europa por una cantidad indecente de dinero y aún mayor de expectativas que, por lo general, no se cumplen o tardan en hacerlo. Manuel Ruiz de Lopera, máximo accionista entonces del Real Betis, se propuso en 1998 llevarse a un extremo brasileño desequilibrante que gustaba a medio Viejo Continente, por lo que no dudó en batir todos los récords hasta la fecha y cerrar el fichaje más caro de la historia del fútbol. Unos 5.300 millones de las antiguas pesetas, unos 32 millones de euros al cambio, desembolsó, con avales personales del empresario de El Fontanal, un club heliopolitano que tardó casi un año en concretar la operación, con Juventus y FC Barcelona acechando, lo que provocó que el susodicho viajara casi de incógnito de Sao Paulo a Sevilla.

El Real Madrid, que contrató a Nicolas Anelka el curso siguiente por 35 millones, y la Lazio, que se llevó del Atlético de Madrid a Christian Vieri por 46,5, quitaron el honor a aquella gestión, de la que llegó a dudar el propio atacante de Diadema, prendado muy poco después de los colores verdiblancos, tanto que, cada vez que vuelve al Benito Villamarín, no puede contener las lágrimas de emoción y cariño. Al principio no fue así. Tanto que, seguramente, llegó a arrepentirse, como confiesa en una entrevista con 'Estadao': "Cuando vine de vacaciones a Brasil, le dije a mi padre 'no vuelvo; no puedo hacerlo, no puedo quedarme allí, no puedo jugar'. Mi padre me dijo 'No; vas a volver. Claro que volverás'. Tanto es así que volví dos días antes. Me dijo 'no sólo vas a volver, sino que no vas a hacerlo tarde'. La responsabilidad fue grande, ¿sabes? Cuando llegué allí, no estaba preparado. No había cumplido ni 20 años".

Para Denilson, "sigue siendo difícil competir con Europa en cuestión financiera", porque "Brasil está entre los dos primeros económicamente en Suramérica", pero no hay color para los futbolistas. "Mi fichaje, por ejemplo, fue en 1998. Mira cuánto tiempo ha pasado, y todavía vemos cómo se venden jugadores jóvenes. Vini Júnior fue así, Estevao acabó así, Neymar fue así. La competencia es muy difícil. Hace poco hablé aquí de planificación de carrera. En el pasado, mi generación no escuchó hablar nunca de eso. Hoy, con la información, los chicos son capaces de planificarse: 'Voy a ir a este sitio, voy a estar tanto tiempo en este sitio, de ahí voy a ir a otro sitio, voy a prepararme, hacer obras y todo'. Yo me fui con el título de jugador más caro del mundo. Había jugado la final de un Mundial, aunque era joven. Creo que esperaban mucho de mí. Y tardé un tiempo en darme cuenta de lo que tenía que ofrecerles. Me llevó dos temporadas... La primera temporada fue muy mala".

Pero logró reconducirse y adaptarse: "Me quedé la segunda temporada, que al principio también fue difícil. ElBetis bajó a la Segunda y yo vine cedido al Flamengo. No estuve mucho tiempo, luego volví para jugar una segunda temporada en LaLiga... y ahí empezó mi vida. Mi vida profesional, mi vida personal, todo empezó a ir en la misma dirección, porque me di cuenta de que tenía esa sensación de dar un paso atrás y jugar en la Serie B española y demás. Dije: 'Tío, tengo que pisar el acelerador, porque vengo de ser el jugador más caro del mundo, de una final del Mundial y estoy jugando en la B'. Aguanta. Entonces, baja un poco el balón, entiende lo que está pasando'. En aquel momento, mi familia era importante en este proceso. Jugué la segunda vuelta, ascendimos y, entonces, pude jugar realmente a un alto nivel".

Luiz Henrique como heredero

Sobre la selección,Denilson no confía mucho en Vinícius, al tiempo que encarta a otro ex bético: "Me canso de oír lo que hace en el Real Madrid. Luego, llega a la selección brasileña, parece que está acorralado, parece que siente el peso de la camiseta. Y pesa, ¿verdad, papá? La maldita cosa pesa. Sin Neymar tuvo esta oportunidad de ser protagonista, pero no la aprovechó (...) Cuando el equipo empiece a jugar bien, veremos hacerse más visibles a Luiz Henrique, del Botafogo, que está jugando como un demonio. Veremos a Raphinha, Rodrygo, el propio Vini... luego está Savinho, que puede entrar de repente en la segunda parte. Tenemos muchas opciones desde el centro del campo hasta la delantera. Creo que el principal reto de Dorival es hacer que este equipo empiece a trabajar colectivamente. Para cuando Neymar se vaya, Vini tendrá al menos dos Mundiales más, como mínimo. Y luego tendrá esta segunda oportunidad de ser protagonista, mucho más maduro".