Aprovechando la visita del Getafe el pasado viernes, Jorge Molina volvió a pisar el Benito Villamarín para presenciar el encuentro entre dos de sus ex equipos. A sus 42 años, el de Alcoy colgó las botas hace dos veranos y la pasada campaña formó parte del cuerpo técnico del Granada, su último conjunto como futbolista. Ahora aguarda una oportunidad para seguir dando pasos en esta nueva andadura.
Mientras tanto, echando la vista atrás, el que fuese delantero verdiblanco no esconde que el Betis le marcó para siempre. Fueron seis temporadas (de 2010 a 2016) en las que llegó a disputar 213 partidos y anotó 77 goles, formando una dupla inolvidable junto a Rubén Castro, que al retirarse lo nombró como una de las piezas clave de su carrera, junto a Pepe Mel.
"Es un honor que un jugador tan importante se acordase de mí. Es cierto que tenemos personalidades diferentes pero después nos compenetrábamos muy bien. Teníamos una relación maravillosa fuera del campo que después se transmitía en el césped. Disfrutamos muchísimo todas esas tardes en el Villamarín y también por todos los campos de España", ha asegurado Molina en una entrevista concedida a los medios del club y emitida en sus redes sociales.
Pero más allá de formar pareja con el máximo goleador en la historia del Betis, el ex delantero no tiene dudas sobre quiénes fueron los dos jugadores que más le llamaron la atención en esos años. De un lado, señala a Fabián Ruiz, actual jugador del PSG y uno de los grandes artífices de la victoria de España en la pasada Eurocopa, quien siempre que tiene la ocasión deja patente su beticismo. Pero además del palaciego, incluso un paso por delante en aquellos tiempos, elogia la figura de Dani Ceballos, que volvió a estar en la órbita verdiblanca el pasado verano, si bien finalmente la dirección deportiva se decantó por Lo Celso.
"Al final, yo creo que hay dos casos que están muy por arriba. Dani Ceballos o Fabián. A Dani, tu lo veías cuando subía a entrenar con nosotros y ya veías que era un jugador especial. A Fabián es cierto que al principio no tanto, pero ahora lo ves y es uno de los mejores jugadores del mundo", comentó.
"Son muchos recuerdos. Miles. Seis años que dan para mucho. A nivel deportivo, familiar y también a nivel de relaciones en Sevilla. Menos el año del descenso, los demás creo que fueron positivos. El año que fuimos a Europa se hizo un año espectacular. Cuando tienes un estadio como el Villamarín con 50.000 personas animando, lo que tienes que hacer es disfrutar", añadió un Molina que también aclaró cuál fue su gol más especial: "Ese último partido de Liga contra el Levante que certificaba la clasificación europea. Me quedo con ese".