En la entrevista publicada por ESTADIO a principios de mayo, Rober González ya dejó entrever que su futuro se encontraba muy abierto a pesar de que el NEC Njimega, donde ha militado cedido durante la 23/24, dispone de una opción de compra de 1,2 millones de euros, mientras que el Betis se reservó una posible recompra por 1,8 kilos. Ya por entonces, el extremeño mostraba dudas sobre su continuidad en la Eredivisie más allá del deseo del conjunto neerlandés de hacerse con sus servicios a título definitivo tras una temporada sensacional que terminó con un total de diez goles.
"¿Seguir aquí? Ahora mismo no pienso en eso. Mi idea es que esté donde esté pueda seguir disfrutando del fútbol, tener minutos y sentirme importante", señaló el extremo, que incluso no descartaba ganrse una oportunidad en Heliópolis: "Volver al Betis es una posibilidad real. Creo que con mi trabajo y dedicación puedo llegar a tener un sitio y competir con cualquiera".
Palabras que ganan sentido ahora que ha tomado la decisión de rechazar la posibilidad de permanecer en el NEC, tal y como podido confirmar ESTADIO a través de fuentes muy cercanas al futbolista.
En este sentido, Rober ha transmitido a la entidad de Nimega que desea salir, lo que supone cierto conflicto tanto en cuanto los neerlandeses quieren ejercer su derecho a ejecutar la opción de compra pactada en verano. Por ello, desde su círculo más cercano se afirma que es una situación que todavía no está resuelta del todo por las intenciones del NEC, si bien la decisión de Rober no tiene marcha atrás, tanto en cuanto, tras la experiencia en Países Bajos, desea regresar al fútbol español, donde no le faltarán pretendientes.
Obviamente, a Rober le encantaría realizar la pretemporada con el Betis para tratar de convencer a Pellegrini, pero a día de hoy él y su entorno no tienen constancia alguna de que se trate de una opción real y si entra de alguna manera en los planes heliopolitanos.
Lo cierto es que esta determinación de Rober trunca la hoja de ruta en el Benito Villamarín, donde ya se contaba con ingresar el 1,2 millones por la opción de compra y ahora tendrán que replantearse el futuro del emeritense con la limitación de que su preferencia es permanecer en España, preferiblemente en Primera tras reivindicarse en la Eredivisie.
Cabe apuntar que termina contrato en 2025, por lo que, a menos se le renovara, lo que no se contempla de momento en La Palmera, su próxima salida ya tendría que ser como traspasado y, obviamente, quiere embolsarse como mínimo la cantidad pactada con el NEC, lo que podría demorar esa operación.
Así, dentro de un futuro inmediato pleno de incertidumbre, la única certeza es que Rober tiene claro que no seguirá en el NEC ni en la Eredivisie y que, más allá de su deseo de ganarse un sitio en el Betis, antepone el fútbol patrio.