En el mes de octubre irrumpió con fuerza la posibilidad de que Luiz Felipe se pusiera a tiro del Betis para reforzar el centro de la zaga debido a la intención del central brasileño de rescindir su contrato en el Al-Ittihad saudí debido al calvario que está viviendo en la presente temporada.
Se esperaba que el tema se resolviera casi de forma inmediata, pero, sin embargo, esta desvinculación que le permitiría volver al Betis con la carta de libertad no se produjo finalmente y a día de hoy continúa en el club árabe sin la autorización para jugar en la Saudi Pro League. Y es que en esta competición hay un límite de diez extranjeros, dos de ellos con la obligación de ser sub 23, y Ramón Planes, exdirector deportivo del Betis, lo dejó sorprendentemente fuera de esta lista, al preferir a Predrag Rajkovic, N'Golo Kanté, Dani Pereira, Fabinho, Houssen Aouar, Steven Bergwijn, Moussa Diaby, Karim Benzema y el joven Mario Mitaj.
Esta decisión fue un mazazo para Luis Felipe, que este curso tan solo ha disputado un choque, el primero de la liga, antes de que se optara por no inscribirle como extranjero, por lo que no salta al césped desde agosto. Esta situación provocó que tratara de negociar su marcha, pero no pudo ser y ahora se acerca un momento clave para que se aclare su futuro inmediato.
Y es que en enero existe la posibilidad de que el Al-Ittihad haga cambios en su nómina de extranjeros y, por ende, que el defensa sea apuntado en la lista. Una vía que, no obstante, parece poco probable o casi imposible a estas alturas, pues el equipo marcha líder, con doce victoias y una sola derrota, por lo que se presume que no habrá variaciones a menos que se diera algún traspaso.
Si no fuera así y Luiz Felipe continuara en la grada, todo apunta a que se acelerarán los trámites para una salida, ya sea con la rescisión, opción preferida por el jugador tanto en cuanto le será más fácil hallar acomodo con la carta de libertad o mediante traspaso o cesión, fórmula muy poco habitual en los clubes saudíes. Cabe recordar que el Al-Ittihad pagó al Betis 22 millones de euros por su pase el verano de 2023, lo que condiciona, obviamente, su futuro.
Lo cierto es que el Betis permanece atento a su situación más allá de que ahora mismo la posición de central se encuentra cubierta y el futbolista no vería con malos ojos regresar al Benito Villamarín, donde rindió a un alto nivel durante una temporada. Diversas informaciones apuntaron a que fue ofrecido cuando cobró fuerza su posible rescisión y su nombre continúa sobre la mesa de cara al futuro en el caso de que fuera factible.