El Real Betis no hará contrataciones, salvo sorpresa mayúscula, en la próxima ventana de transferencias, aunque prepara una mini revolución para el próximo verano, condicionada a una gran venta que permita, junto a otras fórmulas de ingeniería financiera (ampliación de capital, emisión de bonos corporativos, préstamo de un fondo de inversión...), que las cuentas cuadren. Eso, unido al fin de contrato de varios veteranos como Joaquín, Guardado, Bravo (que medita seguir, especialmente si el que sale para hacer caja es Rui Silva) y Víctor Ruiz, más Camarasa, permitirá cierta holgura salarial, aunque la idea es explotar el mercado de agentes libres, con claros objetivos en todas las líneas. Con todo, y pese a que varios de ellos (Dani Ceballos y Aouar) se desempeñan en el eje de la medular, no se descuida el seguimiento y análisis de mediocentros interesantes, incluso los que contratación exija un desembolso.
De un lado, la intención con Guido Rodríguez y Paul Akouokou es ampliar sus vinculaciones, ambas ahora hasta 2024, pero lo cierto es que no se ha cerrado ninguna de estas renovaciones, por lo que Antonio Cordón prepara alternativas por si la mejor opción para el italo-argentino, el marfileño o los dos sea una salida remunerada. De otro lado, interesa rejuvenecer la que, a estas alturas, es la segunda plantilla más veterana de LaLiga, después de la del Cádiz, habida cuenta de que está influyendo en el interés (y su cuantía) por sus hombres más relevantes, una circunstancia letal para clubes, como el heliopolitano, que necesita volver a ser vendedor para seguir creciendo. Y en este contexto se explica el sondeo por dos jóvenes 'cerebros' brasileños: Rodrigo Nestor (Sao Paulo) y Johnny (Internacional).
El segundo parece más hecho, pese a ser un año más joven. Internacional absoluto ya con Estados Unidos, pese a haber cumplido 21 años en septiembre pasado, el pivote y mediocentro nacido en Nueva Jersey tramita estos días de parón mundialista (jugó uno de los amistosos previos a Qatar 2022 a las órdenes de Gregg Berhalter) su pasaporte italiano, el tercero al que tiene derecho, ya que aquél por el que defiende la camiseta con el escudo de las barras y las estrellas lo consiguió por nacimiento y crianza, aunque sus padres son ambos brasileños, aunque uno, su madre, con ascendencia transalpina, lo que le convertiría en comunitario y le abriría de par en par las puertas del Viejo Continente, con la mayoría de sus Ligas blindadas a la proliferación de foráneos.
El caso es que, a finales de noviembre, todo parecía hecho para que Johnny se marchara al Spezia Calcio a cambio de unos seis millones de euros. Incluso, su director deportivo, el ex bético Eduardo Macià, lo dejaba entrever ante los medios, pero el caso es que Internacional niega cualquier acuerdo y, seguramente para engordar su ganancia, asegura escuchar a otros postores, que empiezan a multiplicarse. Desde Brasil no descartan ni mucho menos al Betis, porque se trata de un proyecto que seduce al centrocampista de corte defensivo, si bien esta semana los medios italianos, desde 'Il Secolo XIX' al reputado Gianluca di Marzio (Sky Sports), introducen en la pelea a dos clubes más de la Serie A, Bolonia y Roma, así como el Valencia, que tratarían de impedir un cambio de aires del citado futbolista hacia un equipo que lucha por evitar el descenso.
Con estos condicionantes, se antoja complicado que el internacional estadounidense aguante hasta el próximo verano en Porto Alegre, la única vía al alcance de los verdiblancos para acometer su fichaje, a no ser que, como ocurre con Aouar, el interesado prefiera competir desde enero en el Campeonato Gaúcho con Internacional y arrancar en marzo de 2023 el próximo Brasileirao mientras llegan propuestas mejores por su pase, atado hasta el 31 de diciembre de 2024 por los colorados.